

El Etna, el gigante ardiente de Europa, volvió a despertar y lo hizo con una erupción tan espectacular como segura. Durante la noche del lunes, columnas de lava emergieron desde el cráter, pintando el cielo con tonos rojos y anaranjados en un verdadero show natural.
Según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), la actividad se concentra en el sureste del volcán y no representa un peligro para las localidades cercanas. Además, informaron que el aeropuerto de Catania no sufrió interrupciones por cenizas, algo clave para el turismo y la actividad local.
"No hay riesgo inmediato para la población", aseguraron desde el INGV. La última erupción fue en mayo pasado, y si bien no es algo nuevo para quienes viven en la zona, cada aparición del Etna sorprende por su intensidad.
El momento no podría ser más oportuno: a fines de mayo, Taormina —a pocos kilómetros del volcán— será sede del G7, la cumbre de las principales potencias del mundo. Si el Etna decide seguir activo, los vuelos oficiales podrían ser redirigidos.
El Etna es famoso por su actividad constante: es uno de los volcanes más activos del planeta y su mayor erupción reciente fue en 2009. Esta vez, más allá del espectáculo natural, todo indica que se trata de una demostración sin consecuencias graves.
📸 En redes, las imágenes ya se viralizaron. El fuego del Etna volvió a encender las pantallas del mundo.