

Lo que parecía un día normal en el campo terminó con una escena sacada de una peli de ciencia ficción: trabajadores rurales de Santa Fe encontraron dos objetos gigantes, oscuros y duros como el acero... que no eran de este planeta (o casi).
¿Lo más inquietante? Todo indica que se trata de "basura espacial", concretamente partes de un cohete Falcon 9 de SpaceX, la empresa de Elon Musk.
Uno de los misteriosos recipientes fue hallado cerca de la Escuela Rural Campo Mosca, en Cañada de Gómez. El otro, a unos 20 km, se trabó en la máquina cosechadora de un productor de Armstrong. Ambos objetos estaban forrados con un material negro irrompible y no parecían tener actividad radiactiva, según confirmó la Fuerza Aérea Argentina.
“Era como una cápsula blindada. No sabíamos si explotaba o si venía de Marte”, dijo uno de los trabajadores, entre risas (y susto real).
La principal hipótesis de los expertos es que se trata de recipientes a presión con revestimiento compuesto (COPV), piezas que forman parte de cohetes reutilizables como el Falcon 9. La teoría se refuerza con un hallazgo casi idéntico en Polonia, en febrero de este año.
Allá, un tanque carbonizado de las mismas dimensiones apareció detrás de un almacén en el pueblo de Komorniki. La agencia espacial polaca y la policía confirmaron que era chatarra espacial de SpaceX, lanzada al vacío… y que terminó en el patio trasero de alguien.
El objeto encontrado en Santa Fe fue retirado por un equipo del Centro de Identificación Aeroespacial (CIAE), con apoyo de Bomberos Voluntarios y Protección Civil. Ya está bajo custodia para su análisis.
El caso encendió las alarmas sobre el aumento de desechos espaciales que caen sin aviso en diferentes partes del mundo.
Aunque suene a meme, la basura espacial es un tema serio. Con cada nuevo lanzamiento de satélites o cohetes, crece la posibilidad de que piezas enteras terminen cayendo a la Tierra sin control.
Y si bien en este caso no hubo heridos (ni vacas abducidas), ¿qué pasará cuando caiga uno en plena ciudad?
Mientras tanto, en Santa Fe... ya tienen su propio ovni rural.