En una nueva jornada del juicio por el femicidio de Myrna Maidana, el imputado Pablo Moyano volvió a pedir la palabra y defendió su imagen ante el jurado: “No soy el monstruo que se menciona en las redes”, afirmó. Dijo ser “un hombre de 55 años, padre de dos hijos”, y reconoció que cometió errores “pero también muchos aciertos”.
Moyano relató nuevamente cómo ingresó a la vivienda de Myrna y aseguró que se paralizó al escuchar llegar el auto. “Me escondí atrás de la puerta porque no quería que me viera”, dijo. Luego describió el ataque: “Ni bien entró me avalancé sobre ella. Forcejeamos. No quería hablar para que no reconociera mi voz”.
Según su testimonio, la víctima intentó soltarse y ambos tropezaron durante el forcejeo. “Al caer sobre ella también me lastimé la muñeca… después no recuerdo”, afirmó, insistiendo en que no recuerda la secuencia completa.
Durante la mañana continuaron declarando los testigos de la Fiscalía, entre ellos compañeros de trabajo de la remisería y personas que conocían a Moyano por vínculos con el dueño de la habitación que alquilaba en Trelew.