El incendio forestal en El Turbio continúa fuera de control y exige un despliegue cada vez mayor. Según confirmó el secretario de Bosques de Chubut, Abel Nievas, el foco permanece activo y presenta un escenario “muy complejo”, obligando a reforzar la estrategia con un campamento más cercano al frente ígneo.
Actualmente funcionan dos bases operativas: una en Arroyo Jara y otra en la Escuela de El Turbio. Allí trabajan más de 100 personas, entre ellas 62 combatientes y equipos de apoyo del Ejército, el sistema de salud, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego y Parques Nacionales.
Durante el domingo, las tareas se vieron casi paralizadas. Nievas detalló que el cinturón térmico y la baja visibilidad impidieron mover brigadistas en helicóptero y trabajar con aviones hidrantes. Aun así, el foco avanzó alrededor de un kilómetro sobre el Valle del Arroyo Jara, además de descender hacia zonas más bajas, generando intensas columnas de humo.
La zona afectada corresponde a un sector previamente quemado, con regeneración natural y áreas forestadas. El funcionario explicó que la vegetación muerta es clave en la intensidad del fuego: “Hay mucho combustible pesado, troncos caídos y secos. Por eso el incendio genera tanto humo: es un rescoldo permanente en combustión”.
Ante las dificultades, se decidió instalar un nuevo campamento en Los Laureles, a apenas 3 kilómetros del borde del incendio. Allí permanecerán 30 brigadistas durante tres días, con equipamiento mínimo y raciones especiales, similar a la logística del Ejército.
La intención es trabajar en un ataque indirecto, evaluando tácticas que permitan contener el avance sin exponer al personal. Nievas remarcó que todas las decisiones se toman priorizando la seguridad: “Estos incendios son pocos, pero cuando ocurren en esta zona son de los más complejos y hay que cuidar a la gente”. Para eso, un paramédico acompañará al grupo durante toda la misión.
Aunque el operativo cuenta con dos helicópteros, uno quedó fuera de servicio por una falla hidráulica detectada el domingo. Técnicos trabajan para repararlo, pero las condiciones climáticas siguen siendo un obstáculo.
Sin lluvias previstas hasta el viernes y probabilidad de tormentas eléctricas por la tarde, el combate del fuego está condicionado al clima minuto a minuto.
Si bien este es el único incendio activo en Chubut, las bases de la cordillera mantienen guardias permanentes para responder ante cualquier nuevo foco. “Ojalá sea el único de la temporada, pero tenemos que estar listos para un ataque rápido”, cerró Nievas.
El Turbio sigue ardiendo, y la lucha para contenerlo se vuelve cada vez más intensa.