El Gobierno metió una nueva ficha en su plan de desregulación y esta vez el movimiento fue directo al corazón de la cadena yerbatera. El Decreto 812 redefine por completo al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) y lo saca del rol que mantuvo durante más de dos décadas: arbitrar precios, ordenar la oferta y regular la actividad.

La norma firmada por Javier Milei elimina cualquier facultad del organismo para influir en valores, competencia o relación entre oferta y demanda. En otras palabras, el INYM deja de ser un árbitro del mercado y pasa a ser un ente de control de calidad.

Hasta ahora, el instituto tenía la misión de “equilibrar” el sector yerbatero. Eso implicaba desde fijar precios de la hoja verde y la yerba canchada hasta intervenir cuando la producción se desbalanceaba. Todo eso quedó afuera. El decreto también borra artículos que permitían limitar la oferta o participar en procesos de comercialización.

La movida se suma a otro golpe regulatorio: el DNU 70/23, que ya había quitado la potestad de definir valores para la materia prima. Ahora, con el nuevo decreto, el modelo queda completamente desarmado.

El Gobierno dio 30 días para que el organismo actualice su reglamento interno y se adapte a esta nueva versión más liviana y acotada.

Desde el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, justificaron la medida con números: el valor real de la yerba habría caído 44,3% durante el proceso de apertura, mientras que el precio nominal se mantiene congelado desde julio de 2024. Según el informe oficial, la producción creció 29% y las exportaciones subieron 16,6% entre 2023 y 2024.

Los datos del INYM muestran que hasta septiembre se enviaron 42 millones de kilos al exterior, superando los últimos tres años y rozando el récord de 2024, cuando se comercializaron 43,8 millones de kilos. Las proyecciones oficiales hablan de más de 50 millones de kilos exportados en 2025.

Puntos clave del cambio

• El INYM deja de fijar precios y pierde toda facultad regulatoria sobre la oferta y la demanda.

• El organismo queda limitado a controles de calidad.

• El valor real de la yerba cayó más de 40% desde el inicio del proceso de desregulación.

• La producción y las exportaciones se dispararon en los últimos dos años, según datos oficiales.