El Gobierno de Javier Milei volvió a mover las piezas del tablero económico con una medida que pega directo en el bolsillo: aumentó los impuestos a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, lo que traerá una nueva suba en las naftas y el gasoil desde este viernes 1° de noviembre.

La decisión se oficializó mediante el Decreto 782/2025, publicado en el Boletín Oficial con las firmas de Milei, Guillermo Francos (jefe de Gabinete) y Luis Caputo (ministro de Economía). El texto modifica el esquema de actualización automática por inflación que estaba vigente desde noviembre, estableciendo un nuevo cronograma de aumentos escalonados entre noviembre y diciembre.

Según el decreto, el objetivo es “continuar estimulando el crecimiento económico en un marco fiscal sostenible”, aunque el efecto inmediato será un nuevo incremento en los precios al público de los combustibles.

Cómo será el aumento

Durante noviembre, el impuesto a las naftas subirá $15,55 por unidad, mientras que el impuesto al dióxido de carbono aumentará $0,95. En el caso del gasoil, el ajuste será de $12,63, con un diferencial de $6,84 para las zonas patagónicas. Además, se aplicará un incremento de $1,44 en el impuesto al CO₂.

Este ajuste parcial será seguido por una segunda fase en diciembre, que incorporará las actualizaciones pendientes del año 2024 y los dos primeros trimestres de 2025, completando así el esquema previsto originalmente por el Decreto 501/2018.

Qué se viene en los surtidores

Si bien el aumento impositivo no determina por sí solo el precio final, en el sector petrolero anticipan que las empresas trasladarán el impacto al consumidor. Con el nuevo esquema, las naftas podrían aumentar entre un 4% y un 6% promedio durante noviembre, dependiendo de la región.

La medida llega en medio de un contexto de inflación en baja, pero con tensión en los precios regulados, y marca una nueva señal del Gobierno para fortalecer la recaudación fiscal sin alterar los subsidios.

Mientras tanto, el bolsillo de los argentinos volverá a sentir el impacto. El combustible —un termómetro clave del costo de vida— suma otro aumento antes de fin de año.