El día después de las elecciones trajo calma al Congreso, pero también movimiento político tras bambalinas. El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, junto a su primo y subsecretario de la Presidencia, Eduardo “Lule” Menem, comenzó a negociar el quórum necesario para tratar los proyectos de reforma que impulsa el Gobierno nacional.
Con el respaldo confirmado de Javier y Karina Milei, Martín Menem busca consolidar un interbloque libertario ampliado, que integre al PRO y a los radicales libertarios de Liga del Interior. Según las proyecciones, este bloque podría alcanzar 110 diputados nacionales, un número clave para garantizar la gobernabilidad y blindar eventuales vetos presidenciales.
Sin embargo, al oficialismo todavía le faltan 19 legisladores para alcanzar el quórum reglamentario de 129 que habilite la aprobación de las reformas estructurales. Por eso, las conversaciones con Cristian Ritondo y otros sectores dialoguistas serán decisivas en las próximas semanas.
Desde la Casa Rosada aseguran que el objetivo inmediato es “garantizar gobernabilidad sin resignar convicciones”, mientras Milei prepara el terreno para las reformas laboral, tributaria y previsional, pilares de su programa económico.