

La Cámara de Diputados vivió una sesión cargada de tensión política: con 132 votos, la oposición consiguió rechazar los vetos de Javier Milei a la ley de Emergencia Pediátrica —conocida como “ley Garrahan”— y al financiamiento universitario.
El resultado fue un duro golpe para el Gobierno, que ahora depende del Senado, donde el panorama es todavía más adverso para La Libertad Avanza.
La movida se apoyó en un frente amplio que incluyó a Unión por la Patria, Encuentro Federal, la Coalición Cívica, la izquierda, Innovación Federal y parte del radicalismo. El oficialismo quedó aislado y sin chances de frenar la avanzada opositora.
Afuera del Congreso, la presión también se hizo sentir: hubo una movilización de jubilados, docentes, trabajadores de la salud y organizaciones sociales, que acompañaron el reclamo de más presupuesto para hospitales y universidades públicas.
Las dos leyes que Milei había intentado frenar nacieron de la exigencia de mejorar salarios y garantizar fondos para médicos, docentes y personal de sectores clave. Ahora, para convertirse definitivamente en ley, necesitan el aval del Senado con dos tercios de los votos.
La pulseada recién empieza, pero el mensaje de Diputados fue claro: el Congreso no está dispuesto a convalidar los recortes en salud y educación.