

La situación se dio pasadas las 16, cuando una madre desesperada pidió ayuda en su casa de barrio INTA. Al llegar al lugar, los policías encontraron al menor recostado en un sillón, sin reaccionar y con un pulso muy débil. Sin perder un segundo, decidieron llevarlo de inmediato al hospital.
En la guardia, el niño fue recibido por el doctor Peralta y derivado a pediatría, donde confirmaron que las convulsiones fueron producto de la fiebre sumada a un cuadro de epilepsia. El rápido accionar policial permitió que el pequeño recibiera atención vital en el momento justo.
Un episodio que refleja la importancia de la respuesta inmediata y el compromiso de quienes cuidan a la comunidad.