

El presidente intentó reducir la derrota a una cuestión de “aparato” peronista, pero las señales de frialdad hacia sus propios aliados dejaron claro que en la interna ya comenzó el pase de facturas.
Al mismo tiempo, la referencia al “techo” del peronismo buscó darle épica a un traspié que golpea fuerte en el corazón electoral del país. Sin embargo, la frase más repetida en los pasillos libertarios fue otra: “no supimos cuidar la calle”. Y ese reconocimiento tácito desnuda un dilema central para Milei: si no logra ordenar a los suyos y contener los escándalos internos, el “piso” del que habla podría transformarse en un pozo más difícil de escalar de cara a octubre.