

Lionel Messi volvió a ser el centro de todas las miradas, pero esta vez fuera de la cancha. El rosarino aprovechó su estadía en Buenos Aires, antes del duelo de Eliminatorias frente a Venezuela, para ir al teatro Lola Membrives a ver Rocky, la obra protagonizada por su amigo Nicolás Vázquez.
📸 La llegada de Messi revolucionó Corrientes: vallas, gritos, flashes y una multitud que no quería perderse al 10 de cerca. El crack entró sonriente, acompañado por su familia, y se ubicó en las butacas sin que casi nadie lo advirtiera.
Cuando terminó la función, Vázquez lo invitó a subir al escenario. Ahí sí, el teatro estalló en ovaciones. Con humildad, el campeón del mundo tomó el micrófono y dijo:
“Fue espectacular, son unos fenómenos todos. Es una noche muy especial. Nos hiciste disfrutar, la pasamos muy bien. Fue un placer compartir esta noche con ustedes”.
Después del show, Messi pasó por los camarines para saludar a su amigo, con quien mantiene una amistad de más de una década. Afuera, lo esperaba todavía más gente que en la entrada: abrazos, selfies, gritos y ese cariño inagotable que despierta cada vez que pisa suelo argentino.
⚽ Ahora, la mente de Leo está puesta en lo que podría ser su último partido oficial con la Selección en el Monumental, nada menos que ante Venezuela. Un cierre de ciclo cargado de emoción, con toda su familia acompañándolo.