

El caso del fentanilo contaminado que terminó con la vida de 96 personas suma un nuevo capítulo explosivo: la Justicia reveló los chats internos de los laboratorios Ramallo SA y HLB Pharma, donde los empleados dejaban en claro las irregularidades, la improvisación y el riesgo extremo con el que se fabricaban los medicamentos.
En una de las conversaciones, previo a una inspección de la Anmat, un trabajador ordena: “Escondan todos los reactivos vencidos”. ¿El destino de esos químicos? Afuera, bajo el sol y la lluvia, con peligro real de explosión. Un empleado lo admite sin vueltas: “Pudo haber explotado eso tranquilamente”.
📲 Los mensajes revelan además que los directivos sabían de antemano cuándo iban a inspeccionarlos. Nada de controles sorpresa: pintaban paredes, tapaban fisuras y corrían insumos de un lado a otro para “zafar”.
Entre los chats resaltados por la Fiscalía aparecen frases que pintan de cuerpo entero la situación:
“Estamos al horno. Y bueno, habrá que pelearla”.
“El fentanilo dio mal, hay que repetirlo mañana”.
“Lo de la pintada no avisaron nada, son de terror…”.
“No dibujemos más los papeles, porque después nos pasan estas cosas”.
La investigación, a cargo del juez federal Ernesto Kreplak y la fiscal Laura Roteta, ya tiene diez imputados detenidos, entre ellos Ariel García Furfaro, dueño de HLB Pharma, su familia, directores técnicos y personal de mantenimiento.
👉 Lo más grave: muchos de los documentos sobre los controles de calidad del lote contaminado se “armaron” después de fabricado y cuando el escándalo ya había estallado.
Este caso destapó el costado más oscuro de la industria: laboratorios que deberían garantizar seguridad, pero jugaban con vidas humanas.