

Desde la Casa Rosada, se acusó al kirchnerismo de intentar generar "una ruptura del orden macroeconómico " y se hizo un llamado a los bloques aliados en el Congreso para que bloquearan cualquier nuevo proyecto con impacto fiscal.
La Oficina del Presidente respaldó la derogación de estas leyes, formalizada a través del Boletín Oficial, argumentando que fueron aprobadas por el Congreso "de manera irresponsable, sin determinar el origen de los fondos , atentando contra el equilibrio fiscal, y contradiciendo el mandato popular resultante de las elecciones presidenciales: erradicar definitivamente la inflación". Este argumento reitera la postura del Ejecutivo de priorizar la estabilidad económica y el objetivo de la inflación cero por encima de las iniciativas legislativas que, a su criterio, comprometen la salud de las cuentas públicas.