

La víctima había sufrido quemaduras severas durante el siniestro, que se desató intencionalmente en una celda de la dependencia.
El incendio se originó cuando un colchón comenzó a arder dentro de una de las celdas. El humo fue rápidamente advertido por el personal policial, que actuó con matafuegos hasta la llegada de los Bomberos Voluntarios. Los bomberos lograron controlar el fuego usando equipos de respiración autónoma debido a la densa concentración de humo en el lugar.
El jefe de la Unidad Regional, comisario Lucas Cocha, indicó que la hipótesis principal apunta a que el fuego fue provocado intencionalmente como forma de protesta. En la celda se encontraban dos detenidos: Oscar Talma, imputado por el homicidio de Ezequiel Álvarez, y Facundo Méndez. Uno de ellos permanece internado en terapia intensiva con el 70% del cuerpo con quemaduras y pronóstico reservado. El fiscal a cargo, Marcelo Cretton, convocó a peritos independientes para esclarecer las causas del incidente. Varios efectivos policiales también resultaron afectados por inhalación de humo, aunque no requirieron hospitalización. Como medida preventiva, los demás internos fueron reubicados debido a los daños estructurales y por humo en el pabellón.