

Este 22 de julio, la Tierra va a hacer algo insólito: girar más rápido de lo normal, completando un día en 1,34 milisegundos menos de lo habitual. Sí, el reloj sigue marcando 24 horas, pero el planeta terminará su rotación ligeramente antes de lo previsto.
“Si esta tendencia continúa, podríamos restarle un segundo al tiempo. Literal”, advirtieron desde la comunidad científica.
Este fenómeno, aunque casi imperceptible para nosotros, podría generar cambios históricos: por primera vez se evalúa aplicar un “segundo intercalar negativo”. ¿Qué significa esto? Que en lugar de sumar un segundo para ajustar los relojes atómicos (como se hizo otras veces), habría que sacarle uno. Jamás se hizo. Sería un debut total para el sistema horario global.
Desde 1973, con la llegada de los relojes atómicos, se viene monitoreando la duración exacta de los días. Y aunque parezcan estables, no lo son. De hecho, la rotación de la Tierra varía constantemente.
“El récord actual lo tiene el 10 de julio de 2025, que fue 1,36 milisegundos más corto que las 24 horas”.
El 22 ocupará el segundo lugar, seguido por el 5 de agosto.
La rotación terrestre está influenciada por varios factores:
Las mareas lunares, que frenan lentamente la rotación.
El alejamiento de la Luna, que le roba energía rotacional a la Tierra.
Las mareas atmosféricas del Sol, que también entran en juego.
Hace miles de millones de años, un día duraba solo 19 horas. Hoy estamos más cerca de las 24, pero con algunas sorpresas como esta aceleración súbita.
La ciencia está en alerta. Si el planeta sigue acelerando su giro, el tiempo que conocemos podría cambiar, al menos en cómo lo medimos. Sería una revolución en el calendario mundial.
Por ahora, seguimos usando los mismos relojes, pero ya hay científicos pensando en reprogramarlos. Así que no te extrañes si en los próximos años el reloj mundial pierde un segundo... oficialmente.