

Una ola de calor abrasadora azota al viejo continente y rompe todos los récords. En varios países, las temperaturas superan los 40 °C, y el Mediterráneo alcanzó su temperatura superficial más alta para junio, con 26,01 °C. El fenómeno, impulsado por un anticiclón africano, no da tregua ni de día ni de noche.
“Esto ya no es raro, es la nueva normalidad”, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres, desde Sevilla.
El 29 de junio fue el día más caluroso desde 1950.
El récord nacional se rompió en Andalucía, con 46°C en El Granado.
En Cataluña, un niño de 2 años murió tras ser olvidado en un auto al sol.
Sindicatos exigen medidas laborales urgentes y se activaron protocolos para asistir a personas vulnerables.
Mora llegó a 46,6 °C, mientras el país enfrenta riesgo extremo de incendios.
Se logró controlar un foco importante cerca de Castelo Branco.
Roma, Milán, Florencia y Verona bajo emergencia climática.
Una mujer murió por inhalar humo en un incendio en Potenza.
“Una de las olas más fuertes del verano”, dicen desde el Ministerio de Salud.
38 °C en la capital y alerta roja por primera vez en 5 años.
Más de 1900 escuelas suspendieron clases por calor extremo.
El último piso de la Torre Eiffel cerrado hasta nuevo aviso.
34 °C en Londres y alrededores.
En Wimbledon se aplica la “regla del calor”: pausas obligadas por altas temperaturas.
Alemania y Suiza con temperaturas extremas; en Ginebra habilitaron piletas y cines gratis para mayores.
Bélgica se prepara para los 40 °C el miércoles.
Más de 50.000 personas evacuadas por incendios en 41 localidades.
El aeropuerto de Izmir cerrado por las llamas.
Con muertes, evacuaciones, escuelas cerradas y récords climáticos, Europa sufre las consecuencias del cambio climático en tiempo real. Las temperaturas seguirán en ascenso durante los próximos días y los expertos advierten: esto no es un pico, es la nueva realidad.