

Mientras las bombas reales caen en Medio Oriente, las palabras también explotan en Moscú. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, encendió todas las alarmas al declarar que “la Tercera Guerra Mundial podría estar muy cerca”, en línea con recientes dichos del presidente Vladimir Putin.
Las declaraciones se dieron tras los bombardeos de EE.UU. a instalaciones nucleares iraníes, un hecho que desató una tormenta diplomática global. Lavrov, en entrevista con un medio ruso, fue contundente:
“Aplicar el derecho a la autodefensa sin respetar la Carta de la ONU solo nos lleva al caos.”
El ataque estadounidense apuntó a los sitios nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan, pero según Rusia, no lograron su objetivo. “La infraestructura crítica no fue afectada seriamente y ahora varios países están dispuestos a entregar armas nucleares directamente a Irán”, advirtió Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso.
Además, Medvédev afirmó que el pueblo iraní se unió en torno a su liderazgo, lo que, según él, fortaleció al régimen en vez de debilitarlo.
Desde la Cancillería rusa calificaron los ataques de “irresponsables, ilegales y alarmantes”. Moscú criticó especialmente que el bombardeo lo haya ejecutado un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, rompiendo –según ellos– con cualquier lógica de equilibrio internacional.
“Hoy es Irán. Mañana, cualquier país podría ser blanco con la misma excusa”, deslizó una fuente del Kremlin.
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