

La activista ambiental Greta Thunberg fue deportada por el gobierno de Israel tras ser interceptada en un barco con ayuda humanitaria destinado a Gaza. La situación escaló en tensión política y diplomática luego de que la joven denunciara que fueron detenidos ilegalmente en aguas internacionales.
El barco Madleen, parte de la llamada Flotilla de la Libertad, zarpó desde Sicilia el 1 de junio cargado con alimentos y suministros médicos. La idea era clara: romper el bloqueo israelí sobre Gaza y visibilizar lo que Thunberg definió como “genocidio”.
Pero a 200 kilómetros de la costa de Gaza, la Marina israelí interceptó la nave, la escoltó hasta el puerto de Ashdod y deportó a los activistas, incluida Greta.
Desde el gobierno israelí no se quedaron callados. Tildaron la misión de “provocación mediática” y apodaron al barco como el “yate selfie”. Además, remarcaron que “más de 1.200 camiones con ayuda ingresaron a Gaza en las últimas dos semanas”, y que no necesitan “activismo fotogénico”.
El ministro de Defensa, Israel Katz, fue más allá: acusó a Thunberg de “antisemita” y de hacer propaganda para Hamás.
"Cometieron un acto ilegal secuestrándonos en aguas internacionales"
— Corta (@somoscorta) June 10, 2025
Tras ser deportada de Israel cuando se dirigía a la Franja de Gaza, Greta Thunberg dijo que la verdadera historia es que hay "un genocidio y un bloqueo" que impide el ingreso de alimentos. pic.twitter.com/EDru6zVAua
Greta fue deportada a Suecia vía Francia, junto a otros tres activistas. Ocho personas se negaron a firmar su salida y continúan detenidas, a la espera de audiencia ante el Tribunal de Revisión de Detenciones por Inmigración.
Desde sus redes, Thunberg disparó:
“Cometieron un acto ilegal secuestrándonos en aguas internacionales”.
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