

La industria pesquera volvió a encender las alarmas: CEPA, CAPECA y CAPIP presentaron una denuncia ante la Secretaría de Trabajo solicitando la modificación de los convenios colectivos vigentes para la pesca del langostino. El reclamo apunta directamente a los artículos que fijan salarios atados a la producción en dólares, que según argumentan los empresarios, “ya no reflejan la realidad económica”.
Aseguran que la estructura de costos impide operar a la flota congeladora, que permanece inactiva por falta de rentabilidad. Solo en sueldos, afirman que se va el 60% del costo de producción, de los cuales el 40% corresponde a los marineros afiliados al SOMU. A eso se suman cargas sociales, fletes, combustible y mantenimiento.
“El precio del langostino cayó de u$s12.000 a u$s5.000 por tonelada, pero los costos siguen igual”, señalaron. Las cámaras sostienen que el esquema de “salario por tonelada y calibre” generó una distorsión grave y piden reemplazarlo por un modelo más sustentable.
El documento cita artículos del Código Civil y la Constitución para respaldar el reclamo, y advierte que, si no hay respuesta, acudirán a la Corte Suprema. También aclararon que el pedido no alcanza a otras especies ni tipos de flota, sino exclusivamente a los buques tangoneros congeladores.