

Un ciudadano peruano de 30 años fue detenido en el aeropuerto de Ezeiza con 90 cápsulas de cocaína en su cuerpo. Había llegado desde Lima, hizo escala en Aeroparque y se dirigía a Milán vía Frankfurt. La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) lo descubrió por su actitud nerviosa y un itinerario sospechoso.
Tras ser internado en el Hospital de Ezeiza, evacuó todas las cápsulas: 698 gramos de cocaína en total. La justicia federal lo procesó con prisión preventiva y un embargo de 48 millones de pesos. El juez lo definió como una "operación suicida".
El caso revive una práctica extrema del narcotráfico: los "capsuleros", personas que arriesgan su vida tragando droga para pasarla por aduanas. Cada viaje puede pagar entre USD 5.000 y 10.000, mientras que en Europa un kilo de cocaína puede superar los 55.000 euros.