

Desde el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) aseguraron que no cederán ante ninguna modificación que perjudique a los trabajadores. “Vamos a resistir cualquier intento de avanzar sobre el convenio”, afirmaron con contundencia en una comunicación interna.
Mientras la flota continúa paralizada, crece la urgencia por una salida negociada. El conflicto sigue empantanado entre intereses empresariales y reclamos sindicales que no ceden.
El sector reclama definiciones claras por parte del Estado. Sin intervención política, la crisis amenaza con volverse crónica y dejar consecuencias profundas para toda la actividad.
Este jueves se desarrollará una reunión clave. Allí podría definirse el rumbo del convenio colectivo y el equilibrio entre rentabilidad y derechos laborales.