¿Cómo estos cambios pueden transformar nuestra vida? Aprender a crear mejores rutinas impacta en nuestro bienestar, en la salud y en todo lo que somos.
“Todo es bueno para alguien, pero no todo es bueno para todos. Necesitamos ir de a poco con pasos firmes incorporando nuevas rutinas al tiempo que cada uno pueda. Si vivimos en la restricción, la vida se complejiza. Si nos decimos “yo nunca más voy a volver a comer harina” al tiempo nos rebelaremos contra esa decisión. Sin embargo, sí es posible que logremos hacerlo por tres días. Esto es importante porque la mente no puede lidiar con lo infinito”, explica la doctora Sol Sananes, médica recibida con honores en la Universidad de Buenos Aires y especialista en Medicina Ayurveda, Nutrición y Medicina biológica.
“A medida que podemos cumplir las promesas, también vamos puliendo tendencias mentales. De esta manera logramos generar nuevos surcos en el cerebro. Por ejemplo, cuando logramos no saltearnos el almuerzo por veinte días, generamos un nuevo hábito y estamos listos para otro. Todo cambio pequeño es enorme. Poder implementar un nuevo hábito hace la diferencia. Una rutina lleva a la otra y de a poco vamos abriendo un terreno hacia la salud”, explica.
Cada vez somos más quienes estamos intentando crear una vida más saludable en muchos sentidos. Cuando iniciamos este camino tenemos la pulsión de querer modificarlo todo de un día para el otro. Esto no nos funciona y abandonamos esa primera intención. Sin embargo, los cambios verdaderos se realizan con tiempo y con la posibilidad que nos vamos dando de sostenerlos en el tiempo. ¿Qué pequeño cambio es posible para mí ahora? Es una pregunta fundamental que nos puede guiar para iniciar este proceso y que ese cambio se quede en nosotros.
Cuando iniciamos este camino tenemos la pulsión de querer modificarlo todo de un día para el otro. Esto no nos funciona y abandonamos esa primera intención.
Esa es una de las propuestas de la Dra Sananes, que también es autora de “Ayurveda para sanar. El poder de las rutinas ancestrales” ( Editorial Grijalbo). ¿Por qué repetir actos nos ofrece mayor libertad? ¿Estamos naturalizando los desequilibrios? ¿Cuáles son las consecuencias de suprimir nuestras urgencias naturales? ¿Cómo empezar a crear rutinas mas sanas que colaboran con nuestro mayor bienestar? Podemos hacer pequeños cambios significativos y reconectarnos con quienes somos y con qué necesitamos en verdad.
Repetir actos genera libertad
Para Sol Sananes, crear rutinas puede transformar nuestra vida más allá de lo que podemos imaginar. “La rutina es un antídoto, un bálsamo y una solución a la incertidumbre que permea la existencia”. De sólo saber que nos vamos a levantar y a limpiar la lengua, a tomar agua tibia y que vamos a poder repetir actos simples que aportan a nuestra salud, mucha de la ansiedad con la que vivimos empieza a calmarse. Yo profeso estas cosas con el alma porque las practico. En un momento de mi vida, caí en un pozo muy profundo y la repetición de actos simples me ayudó a volver a ponerme de pie”, afirma la doctora, que además fue paciente, discípula y luego colega de Carmen Frigerio, primera doctora latinoamericana capacitada en medicina ayurvédica en la India.
No hay alimentos buenos o malos
“Podemos aprender a saber cuáles son las rutinas saludables para cada uno de nosotros y modificar algunos hábitos para lograr una transformación de nuestra vida. El cuerpo tiene el instinto de sanar. Si sabemos escuchar, tendremos certeza de qué es lo que realmente necesitamos”, afirma. “Para ser saludable no es necesario ir con un tupper a cada lunar ni perdernos las cenas con nuestros amigos. Solo tenemos que incorporar herramientas para poder elegir lo que en ese momento es mejor y poder volver al equilibrio. No existe la impecabilidad. Una vida sana no consiste en limitarnos, ni en volvernos esclavos de una dieta. Si uno está más o menos ordenado, un poco de azúcar no va a generarnos grandes consecuencias. Frío, caliente, liviano, pesado, oleoso. Todo aporta una cualidad. Todo puede ser medicina. Sólo hay que saber elegir qué. La pizza también puede ser medicina para alguien en un momento determinado y la rúcula y el tomate no siempre son buenos para todos. El ayurveda nos ayuda a transitar el camino del medio sabiendo que el equilibrio es dinámico y que para cada persona lo que resulta central para modificar es diferente. No hay alimentos buenos o malos”, explica.
Quiero tiempo pero tiempo no apurado
» Si tuvieses que darnos un consejo que nos sirva a todos, a cualquiera de nosotros, aunque seamos de biotipos diferentes, ¿cuál sería?”, le suelen preguntar a la doctora Sananes habitualmente. “Busquen tiempo no apurado en sus agendas. El tiempo es necesario para que las rutinas puedan manifestarse. Vivimos corriendo, negando nuestras necesidades y las urgencias naturales, mientras buscamos ser más productivos, eficientes, y resolutivos. Perseguimos objetivos inalcanzables y así nuestro día a día se empobrece y nos desequilibra. Vamos naturalizando estos desequilibrios sin darnos cuenta del daño que nos causan. Hay una epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión. La mayoría son causadas por nuestro estilo de vida”, afirma.
“Yo quiero agradecerle a Sol por haber escrito este gran libro, porque ayuda a las personas a devolverle su poder”. Hace un tiempo, el mismo Bruce Lipton, en un encuentro inesperado con Sol Sananes, grabó un video en el que también afirmaba que Ayurveda para sanar era un gran libro porque aporta información valiosa para que podamos empezar a ser artífices de nuestro bienestar y a recuperar el equilibrio. “Incluso con el diagnóstico de enfermedad, podemos decidir qué hacer frente a lo que nos toca vivir, y eso hace la diferencia”, expresa Sananes, con convicción, amorosidad y experiencia.
Aprender a discernir qué necesitamos
“Para mí no hay nada más sanador que conocernos y entender qué es lo que necesitamos. No siempre es simple porque vivimos en un mundo en el que tenemos sobresaturados los sentidos. Cada uno de nosotros hacemos lo mejor que podemos con la conciencia que tenemos en este momento. Incluso muchas veces intentamos obrar conforme esa conciencia y tampoco lo logramos porque la vida es compleja y quizás estamos pasando un tiempo exigido. Sin embargo, es muy importante aprender a observar los desequilibrios. Esto es un punto de partida porque por lo general solemos naturalizarlos. Todo el tiempo tenemos estímulos y vamos perdiendo esa capacidad innata de poder discernir qué necesitamos a cada momento. Sin embargo, podemos volver a entrenar esta capacidad. Siempre podemos hacer algo para ir mejorándonos a nosotros mismos, pero no desde la exigencia, sino desde la compasión. Hay un concepto budista que me encanta, la práctica de Maitri. Necesitamos compasión hacia nosotros mismos y hacia lo que somos profundamente. Sin compasión hacia nosotros mismos no podemos encarar ningún cambio” afirma. En ella conviven dos formaciones en medicina que a muchas personas pueden resultarle contradictorias cuando en realidad necesitan funcionar como un complemento.
“Amo la ciencia y la medicina tradicional. Soy una científica que tuvo la suerte de poder estudiar medicina ayurvédica. El enfoque ayurvédico hace hincapié en hablar raíces de la enfermedad en vez de ir conteniendo los síntomas que surgen. Para mí el camino es la convivencia, la complementación y la paz entre ambas. La quimioterapia también salva la vida. Las medicinas naturales muchas veces no sirven cuando alguien tiene una apendicitis y es necesario hacer una cirugía. En India, los hospitales funcionan en conjunto. Me reconforta saber que ahora la medicina occidental, también está teniendo otra apertura. Yo tengo muchos alumnos médicos que saben que necesitamos encontrar la raíz de la enfermedad, no del síntoma y que este abordaje es fundamental”, explica Sananes que comparte sus saberes y su experiencia en diferentes formaciones.
Sol Sananes profundiza un poco más sobre este tiempo: “Creo que estamos frente a un momento de gran despertar espiritual y es por eso que también percibimos más cosas oscuras. Vemos más polvo y mugre porque hay también más gente consciente. Cada vez más personas sienten que necesitan devolver al mundo algo de la deuda que tomamos con la naturaleza cuando comenzó nuestra existencia y no saben cómo hacerlo. Muchos de nosotros empezamos a reciclar, a consumir de nuevas formas, a plantar nuestros vegetales, y cada acción hacia el cuidado del mundo tiene un gran impacto. Necesitamos saber también que cuando recuperamos la salud, la capacidad de bienestar, y la alegría, estamos contribuyendo a generar más equilibrio, que es algo que nuestro mundo necesita con urgencia. Por eso, transformarnos a nosotros mismos es fundamental y con cada acción consciente impactamos de formas impensadas en nuestro entorno y en la Naturaleza misma.”
Que así sea.
