La Vicepresidenta participó de una reunión en el Senado por las sesiones extraordinarias. No se mencionó el pliego de Ariel Lijo para la Corte, uno de los ejes del temario que es foco de la discordia entre el Presidente y la titular del cuerpo
La reunión entre Guillermo Francos y Victoria Villarruel en el Senado se gestó por pura necesidad del Gobierno, y casi exclusivamente por iniciativa del jefe de Gabinete, en el rol conciliador que no cumple el “triángulo de Hierro” con la titular de la Cámara alta. Pero en la Casa Rosada aseguran que la relación entre Javier Milei y la vicepresidenta, desde el punto de vista personal como político, “está terminada”, y que solamente funcionará de manera institucional a través de otros funcionarios, cuando sea ineludible.
Con el llamado y la visita a la titular del Senado, Francos esquivó la línea que marcan el primer asesor del Presidente, Santiago Caputo, y la secretaria general, Karina Milei, en off, pero también a través del vocero, Manuel Adorni, que hace tan sólo días volvió a azuzar el conflicto con la vicepresidenta con un tuit picante, donde básicamente le explicaba cómo comportarse durante un viaje del jefe de Estado.
Francos le avisó a la cúpula del Gobierno que se comunicaría con la Vicepresidenta, de motu proprio. Y así lo hizo, apenas terminó la reunión con los jefes de bloques dialoguistas de Diputados en la Casa Rosada, el martes pasadas las 16. Lo tenía planeado de antemano, aunque en el Senado no lo esperaban. Después de todo, Adorni acababa de fustigar contra Villarruel a la vista de todos. Y en el círculo íntimo del Presidente habían avisado hace días que no habría ningún tipo de contacto con ella para ordenar las Extraordinarias.
De todas formas, dijeron que no se sorprendieron: “Adorni juega siempre en redes. Esto se dio de manera más natural”, dijeron en el Senado. “En este caso, era lógico que se dejara de lado la pirotecnia verbal, que no tiene que ver con lo Ejecutivo”, agregaron en un despacho senatorial, aunque sin olvidar los dardos políticos que suelen dispararles desde el primer piso Balcarce 50. En la Casa Rosada le restaron importancia al acercamiento: “Fue un tema institucional. Guillermo siempre cuida los canales de diálogo, es su rol”, dijo un funcionario que diferenció la “elegancia” y “prolijidad” del jefe de Gabinete de los modos de otros funcionarios de inclinación incendiaria.
Post-reunión en el Senado, sin embargo, en el entorno del Presidente aclararon que no hay vuelta atrás en la ruptura del vínculo con la Vice. “El vínculo está terminado”, dijo un importante funcionario. Además, no hubo una reunión a solas, ni previa ni posterior, entre el ministro coordinador y la vicepresidenta, como se había rumoreado en la previa. “Eso nunca pasa, siempre lo espera para saludarlo un minuto antes”, justificaron en la Jefatura. Hay quienes creen que Francos quiso evitar una foto a solas con ella, como la que se tomó en el momento de mayor tensión del año pasado, cuando el Presidente dijo que su ex compañera de fórmula era parte de la casta.
De las negociaciones en el Senado dependerá que el Presidente pueda designar a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema, quizá la principal prioridad del oficialismo en el temario para Extraordinarias, a la par de la reforma electoral que elimina las PASO. Pero en este encuentro, llamativamente, apenas se mencionó ese delicado y central tema. Quizá, porque uno de los principales motivos de la disputa entre Milei y Villarruel es la resistencia que ella exhibió -y exhibe- prácticamente desde el inicio de las negociaciones contra uno de los dos jueces que Milei quiere ubicar en el máximo tribunal de Justicia.
En definitiva, en la Casa de Gobierno dan por sentado que no pueden contar con Villarruel para que defienda a Lijo, que, según aseguran los libertarios, ya tiene las firmas para ir al recinto, a diferencia de García Mansilla.
El Gobierno teme que se frustre el debate del tándem de jueces en la Cámara alta, pero cree que puede tener éxito. Por ahora no exhibe su estrategia. Pero la supuesta apuesta central por la eliminación de las PASO, creen en los bloques opositores dialoguistas, es para seducir al kirchnerismo, de quien dependen para sacar los dos pliegos. Es que el bloque de UP estaría de acuerdo con el cambio de reglas electorales, que favorecería una designación a dedo de Cristina Kirchner de los candidatos y, a cambio, podría ayudar a que el oficialismo cumpla con su plan para la Corte.
En la Casa Rosada lo niegan.