El gobernador no logró el objetivo en su primer año de gestión y, junto con Kicillof, quedó apartado del grupo de 22 mandatarios que sí alcanzaron el superávit.
Pese al feroz ajuste aplicado en su primer año de gestión, Leandro Zdero no cumplió con Javier Milei: tuvo déficit fiscal en 2024. La provincia, al igual que otras jurisdicciones argentinas, se ha visto obligada a implementar un significativo recorte en sus gastos debido a la reducción de transferencias desde el gobierno nacional.
Sin embargo, Zdero y Axel Kicillof, de Provincia de Buenos aires, fueron los únicos dos mandatarios del país que quedaron por fuera de los que sí alcanzaron el superávit fiscal el año pasado.
Este ajuste es parte de una tendencia más amplia donde las provincias, en respuesta a la política de austeridad del gobierno central, han debido recortar sus presupuestos para evitar déficits fiscales.
Según un informe de Politikón Chaco, consultora privada especializada en finanzas, el Chaco se encuentra entre las dos únicas provincias que presentan déficit financiero, con una cifra de 16 millones de dólares.
A pesar de haber logrado un superávit primario, al incluir el pago de intereses de la deuda, la provincia entra en terreno negativo. El estudio, que analizó datos hasta el tercer trimestre de 2024 de 20 de las 24 provincias, destaca que el gasto total del conjunto de las provincias se ajustó en casi un 21%, una proporción menor al 27% que registró el sector público nacional.
En el caso particular del Chaco, el informe no detalla el porcentaje exacto de recorte de gastos, pero sí indica que forma parte de este esfuerzo generalizado de austeridad.
A nivel nacional, este ajuste se ha llevado adelante en diversas áreas, siendo el gasto en personal el más afectado, con un 41% del recorte total, seguido por las transferencias corrientes y la inversión real directa.
Aunque no se especifica en detalle cómo estos recortes han impactado al Chaco, es probable que la provincia haya seguido una tendencia similar en la reducción de sus gastos.
La reducción de transferencias de capital desde la Nación ha sido notable, con una caída del 96% en términos reales, mientras que las transferencias corrientes han disminuido un 67,8%. Este recorte en la financiación nacional ha obligado al Chaco, al igual que a otras provincias, a depender más de sus propios recursos y a ser más cuidadosos con el gasto público. La situación financiera de la provincia destaca la dificultad que enfrentan algunas jurisdicciones para equilibrar sus cuentas en este nuevo contexto económico.
