El 24 de enero de 2025 será una fecha marcada en el calendario no solo para Andrés Calamaro, uno de los músicos más icónicos de la escena argentina, sino también para su pareja, Natalí Franco, quien anunció públicamente su boda a través de las redes sociales. Una imagen cálida, cargada de complicidad, y las alianzas grabadas con sus nombres y la fecha del enlace sellaron la noticia.
Nacida en La Para, una pequeña localidad cordobesa, Natalí supo construir un camino que la llevó de las pasarelas como modelo hasta el ámbito profesional como martillera y corredora pública, tras graduarse en la Universidad Tecnológica Nacional. Con tres hijos fruto de una relación anterior que concluyó en 2018, la joven dejó su provincia natal para establecerse en Buenos Aires, donde, sin saberlo, el destino la uniría al legendario artista.
Calamaro con Lanata
Para Calamaro, el camino hacia este nuevo capítulo no estuvo exento de obstáculos. En una entrevista con Jorge Lanata para Radio Mitre, el músico recordó los días oscuros que precedieron a este amor. “Cuando cumplí 60 me encontré solo, sin amor y sin amigos”, reveló , al reflejar una vida marcada por la pandemia de coronavirus, la pérdida de su madre a los 100 años y una parálisis facial que lo obligó a replantear sus prioridades. Mientras tanto, las palabras de su psiquiatra trataban de llevar algo de calma al momento que se estaba viviendo: “Tranquilo, Andrés, a los 60, aunque estés rodeado, todo el mundo se siente solo”. repetía el profesional.
“Mi madre dejó la existencia con 100 años y cinco meses. No soy una persona emocional, pero algunas procesiones van por dentro”, relató con esa mezcla de poesía y crudeza que caracteriza su manera de hablar. “Me encontré solo, sin amigos que quieran ir a Benavidez a visitarme“, destacó para luego referirse a que a esto se sumaron problemas físicos que atribuyó, en parte, a las vacunas contra el COVID-19: «Creo que la segunda dosis de la vacuna fue venenosa, aunque el médico me dijo que las secuelas no podían durar tantos meses. O sea que será un tema de la edad. Por los dolores me hice análisis el año pasado y los intestinos no estaban muy cristianos».
Durante el reportaje con Lanata, Andrés se tomó unos minutos para recordar a su padre, Eduardo Calamaro: “Él militó en España como secretario de Neruda para repatriar a Rafael Alberti y toda esa generación de intelectuales, y después fue un exsocialista que fundó el Movimiento de Integración y Desarrollo”. Y mencionó que también había hecho un intentó de lanzarse a la política en el 83: “Estaba en la lista del desarrollismo, con (Federico) Polak, con Horacio Larreta y con Ruth Benzacar”.
Todo cambió el 22 de agosto de 2022, el día en que Calamaro cumplió 61 años. “Conocí a mi novia el día de mi cumpleaños. Fue como un reseteo”, contó con un dejo de nostalgia y esperanza. Este encuentro inesperado se convirtió en un refugio emocional y físico, ayudándolo a superar los dolores y la soledad que lo aquejaban. “El amor me hizo bien, en un momento en que la soledad es una virtud de almas exquisitas. Pero la realidad pudo conmigo”, reflexionó.
El anuncio del matrimonio es más que un evento social; es un símbolo de reinvención para ambos. Para Calamaro, representa la culminación de un proceso de sanación personal y emocional. Para Franco, la oportunidad de construir una nueva etapa junto al cantante que, a pesar de su fama, no teme mostrarse vulnerable.
El Teatro Colón fue el escenario donde la pareja hizo pública su relación hace casi dos años. Hoy, ese amor trasciende la esfera pública para consolidarse en una unión que promete ser inolvidable.
El 24 de enero, las alianzas que hoy lucen como promesas grabadas con nombres y fechas se transformarán en el símbolo definitivo de un amor que nació en medio de la adversidad y floreció con el tiempo.