Desde el primer momento en que pisó la casa, la flamante jugadora resaltó ante las cámaras por su historia de vida, su trabajo y hasta su pasión por los vehículos de dos ruedas
La flamante incorporación de Katia “La Tana” a Gran Hermano no solo revolucionó la casa más famosa del país, sino que también ha captado la atención de miles de espectadores que rápidamente indagaron en su vida y su pasado. Con una historia marcada por esfuerzo, determinación y carisma, la joven de 33 años, oriunda de La Matanza, logró destacarse desde el momento en que apareció montada en su moto rosada para ingresar al reality de Telefe.
Su participación en programa no es fruto de la casualidad. Katia había intentado ingresar al ciclo en una edición anterior y su casting, grabado hace dos años, se volvió viral en las redes sociales debido a su desparpajo y autenticidad. En el video, sentada en su inseparable moto rosada y sosteniendo un casco a juego, se presentó con energía: “Hola, soy la Tana de San Justo. Tengo 31 años. Soy mamá soltera de una hija de 13. Amo las motos, amo los tatuajes y, en mis tiempos libres, salgo a rodar en moto con amigos. A veces tatúo porque empecé hace poco y, si no, hago delivery con la moto mensajería, que es lo que me saca adelante todos los días”.
“Me encantan los chicos tatuados y que tengan moto, y si no tienen, que les guste. Porque si no, paso por la casa a buscarlos, les tiro cortes, ¿eh? Llevo el casco de acompañante y los llevo de butaca. No tengo problema. Soy muy caradura”, continuó, mientras se encontraba sentada arriba de su moto rosa. La declaración, cargada de humor y sinceridad, conquistó a muchos.
Pero fue más allá, mostrando sus aspiraciones más profundas: “Una meta que tengo a futuro es poder invertir en un local para tener un negocio, progresar todos los días y darle una mejor vida a mi hija. Así que prepárense porque voy a todo o nada. Y el único inconveniente, bah, no inconveniente, pero sí que me preocupa es que si entro a la casa, no sé cómo voy a hacer porque cada dos días me dan ganas de tener sexo. ¡Así que…!”.
Katia es una mujer que no teme al trabajo duro. Su ocupación como repartidora de delivery, una labor que realiza diariamente a bordo de su moto, que forma gran parte de su personalidad. Esta pasión por las motos también es una parte fundamental de su identidad, algo que refleja constantemente en sus redes sociales, donde tiene más de 50 mil seguidores. En su cuenta, la nueva jugadora comparte momentos de su vida cotidiana: sus recorridos en moto, fotos de su vehículo en tonos de rosa metalizado, y su amor por los tatuajes.
Cabe mencionar que la entrada de la motociclista al programa no pasó desapercibida. Después de despedirse de su familia, se puso su casco y salió del estudio montada en su moto, acompañada por una caravana de amigos motoqueros que la escoltaron hasta la casa más famosa del país. El ruido de los motores y el destello de las luces crearon una escena épica, inédita en la historia del reality argentino.
Una vez dentro, fue recibida con sorpresa y curiosidad por parte de los “hermanitos”, quienes rápidamente se congregaron para conocer a la nueva integrante. “La Tana”, con su cabellera platinada y puntas rosadas, no tardó en mostrar su carisma y en adaptarse al grupo. Tras un breve tour por las instalaciones, eligió su cama y compartió sus primeras charlas en el jardín, donde los participantes le explicaron las normas internas.
Aunque aún es pronto para definir el rumbo de su estrategia en el reality, Katia dejó en claro que entra a la casa con un objetivo claro: ganar la competencia. Ahora resta esperar para ver cómo se desenvolverá en el juego y qué alianzas formará con los demás participantes. Sin embargo, algo es seguro: su autenticidad y energía ya dejaron una fuerte impresión en el público.
