Los bloques opositores desconfían de la búsqueda de consensos de La Libertad Avanza y advierten que el objetivo es paralizar el Parlamento. Las dudas de los que buscan la reelección
La oposición se enfrenta a un dilema respecto de las próximas elecciones de medio término. El temor a que el oficialismo consolide su posición en el Congreso de la Nación concentra buena parte de las conversaciones que se están dando de manera cruzada entre los referentes de varios bloques.
Pero el debate no está solo en “ganar o perder” las elecciones. Muchos descartan que, por lógica pura de lo que cada sector pone en juego, el bloque libertario se incrementará en su número, ya que sólo tiene para renovar ocho diputados y ningún senador. A partir de eso, la discusión se amplía a cómo va a ser el funcionamiento del Congreso a partir del próximo 10 de diciembre.
Mientras la expectativa en muchos está puesta en cómo terminará la relación entre el PRO y La Libertad Avanza, crece el temor a un Palacio Legislativo virtualmente paralizado. “Hoy es muy difícil sacar una ley, hay que ir al recinto y emplazar a la comisión para que lo trate, en la comisión conseguir el quórum y después las firmas. Con eso, ir al recinto, conseguir quórum y votos, que pase al Senado y que se debatan y se apruebe. Después de eso viene el Presidente y lo veta y volvemos al principio”, explica un dirigente con mucha trayectoria legislativa. “Todo eso se complica aún más si sacan como piso un 30% de los votos porque van a consolidar un bloque, junto al PRO y los radicales con peluca, de 90 a 100 diputados, eso les asegura que si Milei te veta algo lo puedan sostener en el recinto. El Parlamento va a quedar totalmente estancado”, agregó la misma fuente consultada.
En todos los bloques se vive de la misma manera. El peronismo de Unión por la Patria, el radicalismo sin peluca de Democracia, el PRO de Encuentro Federal y los provinciales están cruzados por lo mismo. “Esto no es una mayoría parlamentaria como podía ser en otro momento, como por ejemplo con el kirchnerismo, porque en ese momento algunas cosas había margen para negociar. Esto es sólo lo que establece la Casa Rosada y nada más que eso, sin posibilidad de negociar. El ejemplo de esto es el Presupuesto”, explicaron desde la oposición que supo ser dialoguista.
Ponen como ejemplo el Presupuesto 2025 porque entienden que eso refleja la posición del oficialismo respecto al poco interés de negociar. “Los cambios que se propusieron no afectaban el déficit cero, después se les propuso aprobarlo como lo mandaron -lo hizo el radical Rodrigo De Loredo-, sin modificaciones, pero cerraron la comisión y se terminó cualquier tipo de conversación. Querían no tener presupuesto y así lo hicieron”, explicó un radical que se muestra frustrado.
Pero mientras en muchos balnearios de la costa bonaerense se juega al truco y se especula qué puede pasar a partir del 10 de diciembre, también se habla de lo que sucederá en la previa. “Es un año electoral, vas a tener mucha campaña y el problema que vamos a enfrentar es que si en los distritos LLA mide muy bien en las encuestas vas a tener legisladores que están buscando la reelección a los que les va a costar mucho enfrentarse al oficialismo porque rápidamente son señalados por el aparato que tienen los libertarios en las redes sociales”, explica un peronista con acceso al Instituto Patria.
En este escenario, el futuro del Congreso argentino parece estar marcado por la polarización y la falta de consenso. La posibilidad de un bloqueo legislativo no solo afectaría la capacidad de aprobar leyes, sino que también podría tener implicaciones significativas para la gobernabilidad del país en los próximos años.
