La defensa del homicida argumentó que no se puede hablar de femicidio cuando se trata de menores de edad, pero un Tribunal de Apelaciones ratificó la pena de primera instancia. Santino había asfixiado a Valentina en la playa y había dejado tirado el cuerpo en la arena
Valentina y Santino se vieron a escondidas ese martes de agosto de 2023. Los adolescentes, de 17 años, caminaron por la Playa Brava de Punta del Este y se sentaron en la arena. La ex pareja comenzó a discutir: hacía poco tiempo habían terminado una relación “tóxica”. Él, ubicado detrás de ella, se llenó de ira, la tomó por el cuello y la asfixió hasta matarla. El cuerpo de Valentina quedó tirado en la arena.
Santino intentó hacer una vida normal, pero a él apuntaban todas las preguntas por la desaparición de la joven. Hasta que en un momento el adolescente le contó a su padre que la había matado y repitió el mismo relato ante la policía. Luego reveló dónde estaba el cuerpo.
El homicida de 17 años fue condenado a 10 años de prisión, la pena máxima posible para un menor de edad. Se trató de la primera vez que se condenó a un adolescente por femicidio en Uruguay.
La máxima condena para un menor en Uruguay son cinco años, excepto para los delitos de homicidio agravado por femicidio. Por eso, el fiscal pidió al juez que Santino sea enviado a prisión por 10 años. La defensa de la familia de Valentina considera que ese tiempo es “poco”, aunque reconoce que es lo máximo previsto por la ley.
Los abogados del condenado, en tanto, habían presentado una serie de atenuantes para que no le dieran al joven la pena máxima. Uno de los principales argumentos era que no existe el femicidio para los adolescentes, aunque no fue considerado por el juez. La defensa apeló la sentencia, pero no le dieron la razón.
El Tribunal de Apelaciones de Familia de tercer turno, sin embargo, dejó firme la condena a 10 años de prisión para el asesinado de Valentina, según informó la Fiscalía.
“Estamos muy satisfechos con la sentencia. Sabemos que impone la pena máxima. La pena máxima no nos satisface, pero es la máxima. Entonces, en ese sentido, estamos contentos”, dijo el abogado Martín Etcheverry al noticiero Subrayado de Canal 10, tras conocerse la sentencia.
El defensor expresó que esta definición significa el cierre de una etapa para la familia. Contó que la madre de Valentina estaba realizando un tratamiento psicológico justo antes de la feria judicial y de las fiestas. “Es algo que trae tranquilidad”, destacó el abogado.
Uno de los argumentos que había utilizado la familia del femicida es que los menores no son capaces de distinguir lo que es violencia de género, pero el tribunal “fue claro”. “Es algo que uno lo mama desde pequeño. Por tanto, no se puede argumentar que los menores no estén en condiciones de apreciar lo que es esto. En este caso, además, tenía prácticamente 18 años el homicida”, explicó Etcheverry.
El segundo punto que argumentó la defensa de Santino fue que entre menores no podía esgrimirse la figura del femicidio porque no podría existir el odio hacia el sexo contrario. El tribunal, sin embargo, consideró que cuando se está ante situaciones de “celos” es claro que el homicida “sentía a la otra persona como de su propiedad”, señaló el defensor de la víctima.
En el asesinato de Valentina, sin embargo, hubo un “claro signo de deprecio por el sexo contrario”, consideró el abogado. Hubo, según él, “cosificación” de la otra persona y, por tanto, no hubo quedaron dudas de que los menores “también cometen femicidios”.
“Con esas dos aclaraciones vamos a estar todos más tranquilos en el futuro”, dijo Etcheverry.
La condena por 10 años se ratificó y dio la posibilidad de que, por estudio y trabajo, Santino pueda disminuir el plazo de presión.