La Justicia condenó este viernes a los jóvenes de 24 años que cometieron un crimen que estremeció a la sociedad británica. “Esa luz dentro de mí cuando estaba cerca de ella ahora se fue para siempre. La extraño todos los días”, dijo el padre de la víctima.
Este viernes, un hombre británico fue condenado a cadena perpetua por el brutal crimen de su hijastra de dos años, a quien golpeó hasta quitarle la vida. Sin embargo, en el caso también está involucrada la madre de la menor, que fue sentenciada a 10 años de cárcel por haber intentado encubrir el asesinato que cometió su pareja de manera macabra: pasear el cuerpo en un cochecito durante cuatro días para fingir que Isabella Rose Wheildon aún seguía viva.
Los condenados, Scott Jeff y Chelsea Gleason-Mitchell -ambos de 24 años- fueron captados por las cámaras de seguridad de la localidad de Ipswich, en Reino Unido, media hora después del hecho. En esas imágenes, se ve cómo los dos se ríen de lo sucedido, una prueba que fue fundamental para el juicio.
El horror inició en mayo de 2023 cuando Chelsea se mudó con su hija a la casa de Scott después de salir unas pocas semanas. Los tres vivieron en hoteles, en campings y por último, en una combi. La pareja dejaba sola a la menor con frecuencia para salir con amigos y tomar alcohol. Además, la Justicia británica comprobó que la nena sufrió múltiples hechos de violencia por parte de su padrastro en las semanas previas a su muerte.
Fue el 26 de junio de ese mismo año cuando se desató el trágico final de Isabella, ya que el chico de 24 años la golpeó brutalmente y le provocó heridas mortales. Después de ello, la madre ayudó a su novio a ocultar el crimen de manera que continuaba paseando el cuerpo de la beba en cochecito y ocultaba los moretones con un sombrero y anteojos para no levantar sospechas.
Esto se repitió durante cuatro días, mientras que Jeff buscaba vuelos para viajar a Escocia y Ámsterdam, y así escapar de las autoridades. Sin embargo, todo cambió cuando la joven le confesó a una amiga lo que había pasado y fue ella quien alertó a la Policía.
En cuanto los efectivos llegaron a la casa en donde vivía la pareja de manera temporal, sintieron un “olor muy fuerte” que provenía del baño. Uno de ellos se acercó y se encontró con la estremecedora escena: Isabella estaba tapada con mantas y llena de hematomas por toda la cara.
Los principales sospechosos habían logrado escaparse de Ipswich, aunque luego fueron detenidos en la madrugada del 1 de julio.
El padre de la víctima, Thomas Wheildon, dijo que Isabella era como “una extensión de él” y que “era perfecta en todos los sentidos”. “Esa luz dentro de mí cuando estaba cerca de ella ahora se fue para siempre. La extraño todos los días”, expresó a The Sun.
Al dictar la sentencia, el juez dijo que Scott Jeff sometió a Isabella a una “cruel tortura de violencia y abuso que terminó en su muerte”, mientras que Chelsea Gleason-Mitchell -la madre- “se hizo a un lado y permitió que todo le sucediera a su pequeña niña”. Y concluyó: “Estaba tan preocupada por su propia comodidad y por mantener una relación con este hombre, que toleraría cualquier cosa. Incluidas estas terribles agresiones a su hija”.