La Fiscalía argumentó que los coautores, en su rol de funcionarios públicos, sabían que los tratos y excesos podían resultar mortales
El caso Matías Chirino avanza en la instancia judicial final, con la Fiscalía solicitando penas de hasta 21 años de prisión para los nueve militares imputados. Carlos Schaefer, fiscal federal a cargo, se refirió en diálogo con Radio Nordeste a los hechos como un «homicidio con dolo eventual«, argumentando que los acusados, como funcionarios públicos, deberían haber previsto el riesgo mortal que sus acciones imponían al joven Chirino y sus compañeros.
«Han truncado la vida de un joven de 22 años. Con sus acciones, desencadenaron su muerte”, sostuvo Schaefer. El fiscal explicó que el evento, realizado en un regimiento de Paso de los Libres, consistió en una serie de actos de bienvenida que calificó como abusivos, entre los cuales se encontraba obligar a los soldados a consumir alcohol en exceso, realizar actividades físicas extremas y someterse a situaciones de humillación.
Según Schaefer, las prácticas conocidas como «bautismos militares» son tradicionales en el Ejército, aunque aclaró que el nivel de maltrato presenciado en este caso fue inusual. “Ellos jugaron a la ruleta rusa con tres chicos, y uno murió. Aunque estas bienvenidas se hayan hecho en el pasado, eso no justifica que se permita el maltrato y la humillación«, expresó el fiscal, haciendo énfasis en que en este tipo de eventos no se debería comprometer la integridad de las personas.
Entre las pruebas presentadas, Schaefer destacó que a los tres soldados se les retiraron sus teléfonos celulares al ingresar, no se registró el ingreso de los vehículos y se les obligó a pagar costosos productos, incluyendo whisky y vino. La noche del evento, Chirino, que no sabía nadar, fue obligado a lanzarse a una piscina pese al clima gélido. “Esa noche era una noche de mucho frío. Lo hacen tirar a la pileta. Uno se puede morir de hipotermia”, afirmó el fiscal.
Los dos soldados que acompañaban a Chirino en esa noche fueron fundamentales en la reconstrucción de los hechos, relatando los momentos en que se vieron obligados a beber grandes cantidades de alcohol, y a uno de ellos se le obligó a consumir una mezcla de vino con sal gruesa, a pesar de manifestar que tenía problemas de salud. «Ellos sabían que estas acciones podían tener un desenlace fatal«, dijo Schaefer, quien refuerza la tesis de dolo eventual, argumentando que la conducta de los acusados fue intencionalmente riesgosa.
Durante su defensa, los imputados narraron una versión alternativa de los hechos, sosteniendo que la participación en los actos fue voluntaria y que los soldados se retiraron en un clima de camaradería, versión que el fiscal Schaefer refuta categóricamente. Según él, los testimonios y la falta de registros oficiales demuestran un intento de ocultar los abusos. “Si hubiese sido así, no estaríamos en juicio. Ellos contaron una historia totalmente distinta para minimizar su responsabilidad”, aseveró el fiscal.
El caso Matías Chirino se ha convertido en un punto de inflexión en la revisión de las prácticas de iniciación en el Ejército, ya que desde el incidente se emitió una resolución que prohíbe la realización de este tipo de eventos. El fiscal concluyó señalando la gravedad de lo ocurrido: “Es gravísimo porque se hizo en el lugar de trabajo. Este caso debe marcar un antes y un después en este tipo de prácticas”.