Tanto las várices como las arañas vasculares o telangiectasias son dos afecciones que, a diferencia de lo que se piensa, no son solo un problema estético, sino también de salud. Sin embargo, unas son más preocupantes que las otras, porque en sus estados más graves pueden provocar sangrados y aumentar el riesgo de tener coágulos sanguíneos y otros problemas en la circulación.
El tema preocupa mucho porque se da en gran parte de la población mundial. En el reciente XXI Congreso Nacional del Capítulo Español de Flebología y Flebología, los profesionales llegaron a la conclusión de que uno de cada cuatro españoles sufre esta afección, que se repite más en mujeres que en hombres.
¿Qué son las várices y cómo prevenirlas?
Las várices son venas patológicas que se producen como consecuencia de una insuficiencia cuando las válvulas no realizan su función de manera adecuada y la sangre no circula con fluidez. Por eso, presentan un estado dilatado y color azulado, rojizo o incluso morado, y normalmente sobresalen de la piel, por lo cual son visibles a simple vista.
Los lugares del cuerpo donde suelen encontrarse las várices son las piernas, sobre todo en los muslos, la parte posterior de las pantorrillas y cerca de los tobillos y los pies. Estas venas varicosas pueden producir hinchazón, picazón y dolor, y en algunos casos pueden incluso obstruirse y provocar úlceras.
Las várices pueden aparecer durante el embarazo y otras alteraciones hormonales, como la menopausia. Algunos factores de riesgo, además, son trabajar mucho tiempo de pie, la obesidad, el tema hereditario y el tener más de 50 años.
Algunas de las maneras más sencillas de prevenirlas y aliviar el dolor son poner las piernas para arriba, hacer ejercicios de manera frecuente, perder peso con dietas sanas, usar ropa holgada y calzado anatómico. Además, existen tratamientos con cremas tópicas y medias de compresión, que favorecen la circulación. La única manera de eliminarlas es la cirugía vascular (cirugía endoluminal, fibra de láser y radiofrecuencia, y esclerosis con inyección de microespuma).
¿Qué son las arañas vasculares y cómo combatirlas?
Las arañas vasculares son vasos más pequeños de color azul, rojo o morado que se ven a través de la piel y tienen el aspecto de las telas de arañas, por eso se las llama así. Hay dos lugares del cuerpo donde aparecen con más frecuencia: las piernas y la cara.
Se llaman telangiectasias y se producen por un aumento de la presión venosa provocada por factores hereditarios, constitucionales y otros relacionados por ejemplo con la exposición excesiva al sol. Esta es una primera diferencia con las várices, ya que no tienen válvulas como las venas que pueden ser varicosas.
La manera de prevenirlas es generar cambios en los hábitos de vida: no usar ropa ajustada, ponerse protector solar todos los días, realizar muchos ejercicios y reducir la ingesta de alcohol.
También existen algunos tratamientos para mejorar su aspecto, como la luz pulsada, la electrocoagulación con bisturí eléctrico y la esclerosis vascular inyectada.
Las diferencias entre várices y arañitas
La principal diferencia entre las várices y las arañitas es que las várices se producen en venas con problemas de las válvulas, que no realizan su función y la sangre no circula con fluidez, mientras las arañitas se generan en pequeños vasos.
Las várices son más grandes y pueden generar un trastorno para la salud, mientras las arañitas son más pequeñas y por lo general son un problema estético. Además, las várices aparecen solo en las piernas, mientras las arañas vasculares también aparecen en la cara, alimentadas por otras enfermedades cutáneas como la rosácea.
Por último, los síntomas también son distintos. Mientras las telangiectasias son indoloras, las várices pueden ser muy dolorosas e incluso, en sus estados más graves, provocar sangrados y aumentar el riesgo de tener coágulos sanguíneos y otros problemas en la circulación.