La presión arterial alta es un problema de salud que afecta a muchas personas alrededor del mundo. Hay muchas medidas que se pueden tomar para reducir la presión arterial, sin embargo, hay un hábito oculto que podría estar aumentando las cifras sin que nadie lo note.
El hábito número uno que hay que abandonar si se tiene la presión arterial alta es evitar los alimentos con un alto contenido de sodio añadido y grasas saturadas, como las comidas de los restaurantes y ciertos alimentos ultraprocesados.
Los alimentos ultraprocesados (por ejemplo, papas fritas, galletas saladas, caramelos, productos horneados envasados y refrescos) suelen tener un alto contenido de sodio, azúcares añadidos, grasas saturadas y conservantes que ayudan a prolongar su vida útil.
“Los alimentos ultraprocesados contienen ingredientes que los cocineros caseros nunca, o casi nunca, utilizarían, como aromatizantes, colorantes, texturizantes y emulsionantes”, afirmó un médico especialista en medicina interna y medicina preventiva con experiencia en nutrición. Luego, agregó: “No se trata de hojas de espinaca enjuagadas y envasadas, ni de lentejas secadas y envasadas, ni de avena prensada, enrollada y envasada”.
Los alimentos ultraprocesados son malos pero tampoco pueden ser catalogados como “lo peor del mundo”. El problema de estos alimentos es la cantidad que se ingiere en una dieta. Más del 58% de las calorías diarias totales que consumen los estadounidenses provienen de alimentos ultraprocesados. Y la investigación actual, aunque casi en su totalidad observacional, muestra un vínculo entre los alimentos ultraprocesados y la presión arterial alta.
“El sodio es un importante factor prevenible de variación de la presión arterial”, dijo el médico especialista “Además del sodio”, afirmó, “consumir alimentos ultraprocesados de conveniencia también tiende a aportar más azúcar añadido y grasas saturadas que pueden aumentar el riesgo de sufrir problemas cardíacos y desplazar a los alimentos integrales de la dieta”.
En conclusión, limitar el consumo de alimentos con alto contenido de sodio y grasas saturadas (como los que se venden en restaurantes y algunos alimentos ultraprocesados) es una de las principales estrategias para reducir la presión arterial alta. Además, también puede reducir el riesgo de padecer otras enfermedades, como el colesterol alto, la diabetes, la obesidad y otras.