El estado de Florida enfrenta un aumento preocupante en los casos de infección por bacterias carnívoras, específicamente Vibrio vulnificus, tras los recientes impactos de los huracanes Helene y Milton.
Según datos proporcionados por el Departamento de Salud de Florida, hasta la fecha se han registrado 74 casos en 2024, con 13 fallecimientos. Esta cifra es similar a la alcanzada en 2022, cuando el huracán Ian devastó las zonas de Collier y Lee. Más de la mitad de los casos reportados este año ocurrieron a partir de mediados de septiembre.
De acuerdo con USA Today, las áreas más afectadas incluyen los condados de Citrus, Hernando, Hillsborough, Lee, Pasco, Pinellas y Sarasota, donde el aumento de casos ha sido atribuido directamente a las inundaciones y daños provocados por los huracanes.
En lo que va del año, varios condados en Florida han reportado muertes debido a la bacteria. Según el Departamento de Salud, las áreas afectadas incluyen Charlotte, Duval, Hernando, Hillsborough, Palm Beach, Pasco, Pinellas, Seminole y Walton, con un total de 13 muertes confirmadas hasta el 18 de octubre de 2024. Desde 2008 hasta 2023, la bacteria ha causado la muerte de 155 personas en el estado de Florida.
El aumento de la bacteria Vibrio vulnificus, que se encuentra de manera natural en aguas cálidas, saladas o salobres, ha generado gran preocupación, ya que las tormentas han empujado estas aguas contaminadas tierra adentro, agravando la situación de salud pública.
Marea roja y otras amenazas
Además del peligro de las infecciones por Vibrio vulnificus, los científicos también están vigilando un posible aumento en los brotes de marea roja en la costa del golfo de Florida, según reportó FOX 9 Florida.
La marea roja es causada por un alga llamada Karenia brevis, que produce toxinas dañinas tanto para la vida marina como para los seres humanos. Tras el paso del huracán Milton, los satélites detectaron niveles significativos de clorofila en la costa, lo que podría ser un precursor de la formación de marea roja.
La Asociación Americana del Pulmón advirtió sobre los efectos respiratorios que pueden experimentar las personas expuestas a estas toxinas, que incluyen tos, estornudos, secreción nasal, sibilancias y dificultad para respirar. Aunque las toxinas de Karenia brevis no son mortales para los humanos, han provocado numerosas muertes de animales marinos, incluidos peces, tortugas y manatíes, afectando gravemente los ecosistemas costeros.
Las infecciones por Vibrio vulnificus han sido motivo de preocupación en las costas del golfo de Estados Unidos durante décadas. Entre 1988 y 2006, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recibieron informes de más de 900 infecciones por esta bacteria en los estados del Golfo.
A nivel nacional, las infecciones por bacterias del género Vibrio, incluidas las causadas por Vibrio vulnificus, resultan en unas 80,000 enfermedades y 100 muertes al año, según los CDC. Alrededor de 52,000 de esos casos están relacionados con el consumo de alimentos contaminados, principalmente mariscos. Sin embargo, también se ha encontrado una alta concentración de bacterias en las aguas de inundación, un fenómeno que ha sido frecuente en Florida debido a las tormentas.
La bacteria
El Vibrio vulnificus es un tipo de bacteria que habita en aguas costeras cálidas y que puede ser mortal en determinadas circunstancias. Las personas pueden infectarse de dos maneras principales: al consumir mariscos contaminados, especialmente ostras crudas, o cuando heridas abiertas entran en contacto con agua infectada.
Aunque las infecciones por Vibrio son consideradas raras, las consecuencias pueden ser severas, sobre todo para aquellos con sistemas inmunológicos debilitados o enfermedades crónicas del hígado.
De acuerdo con el Departamento de Salud de Florida, los síntomas pueden incluir fiebre, escalofríos, disminución de la presión arterial (choque séptico) y lesiones cutáneas con ampollas. Si la infección entra al torrente sanguíneo, puede volverse rápidamente mortal.
El riesgo aumenta considerablemente en presencia de heridas abiertas que han sido expuestas al agua contaminada, lo que puede provocar la rápida descomposición de la piel y el tejido circundante, requiriendo en algunos casos la amputación de miembros.
Para reducir el riesgo de infección, las autoridades de salud han emitido varias recomendaciones. Entre ellas, se aconseja no consumir mariscos crudos, especialmente ostras, y evitar el contacto de heridas abiertas con agua estancada o afectada por las inundaciones.
Las personas con sistemas inmunológicos comprometidos, como aquellas que padecen enfermedades hepáticas, deben ser particularmente cautelosas, ya que están en mayor riesgo de desarrollar infecciones graves.