La Policía Bonaerense logró desmantelar una peligrosa banda de delincuentes que se disfrazaba de policías para cometer asaltos en casas y comercios de distintas localidades del norte del Gran Buenos Aires. Utilizaban chalecos antibalas, portaban armas, y llevaban chapas policiales para simular operativos.
Según fuentes judiciales, la banda estaba integrada por siete personas, todos hombres, de entre 25 y 65 años. Su modus operandi consistía en hacerse pasar por brigadas policiales para ingresar a las propiedades sin levantar sospechas. Así, lograban confundir tanto a los propietarios como a los empleados de los comercios y almacenes que robaban.
Uno de los hechos más importantes atribuidos a esta banda fue el robo a una distribuidora de Pepsico en El Talar. Los falsos policías irrumpieron en el lugar simulando un allanamiento, y lograron llevarse dinero y mercadería. Sin embargo, este no fue un caso aislado: los ladrones también asaltaron varias casas particulares bajo la misma metodología.
Para forzar las entradas de las propiedades utilizaban arietes -herramientas propias de la policía para romper puertas y portones-, además de barretas para abrir cerraduras y cajas fuertes. También tenían a su disposición una serie de autos y motos, que solían repetirse en los distintos robos, y que eran empleados tanto para los golpes como para las fugas rápidas.
Un error que los delató
A pesar de la sofisticación y precisión con la que planeaban los golpes, los delincuentes cometieron un error que resultó determinante para su captura: en uno de los comercios asaltados quedaron grabados por las cámaras HD de seguridad.
El análisis de los videos fue clave para identificar a los sospechosos. La investigación, llevada a cabo por la Justicia de San Isidro en conjunto con la DDI de Tigre, se centró en los movimientos y características de los vehículos utilizados en los robos, lo que permitió a las autoridades planificar una serie de allanamientos.
Pero uno de los aspectos más sorprendentes del caso y que llamó la atención de las autoridades fue el acceso de la banda a elementos que suelen ser exclusivos de las fuerzas de seguridad, como los chalecos antibalas y las chapas policiales.
Fuentes policiales indicaron que estos equipos no son fáciles de conseguir, ya que su venta está restringida a tiendas especializadas que no comercian con cualquier persona. Sin embargo, los delincuentes lograron obtenerlos, lo que les facilitaba la tarea de hacerse pasar por agentes de seguridad auténticos.
Allanamientos y detenciones
Tras semanas de investigación y con la evidencia recolectada, se realizaron varios operativos en localidades como Grand Bourg y José C. Paz, donde finalmente se detuvo a los siete miembros de la banda.
Durante los allanamientos, la policía incautó un importante arsenal, incluyendo armas de fuego, chalecos antibalas, handys, uniformes policiales, dólares, herramientas de corte y computadoras, además de los vehículos y motocicletas utilizados en los robos.
La investigación sigue su curso, pero los detenidos ya están a disposición del Juzgado de San Isidro, que avanza con la causa por presunta “asociación ilícita” y el delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego”.
Las autoridades no descartan que haya más personas implicadas y continúan con los peritajes de los elementos secuestrados, que podrían aportar nuevas pruebas sobre otros delitos cometidos por la banda.