La diputada Sabrina Ajmechet no pidió licencia para su cargo con dedicación exclusiva como adjunta de cátedra en la carrera de Ciencia Política, en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, y percibe un ingreso de 1,26 millones de pesos. La semana pasada votó a favor del veto de Javier Milei a la ley de financiamiento universitario.
Si bien la docencia no es incompatible con las tareas parlamentarias de un legislador o el desempeño de la función pública en general, la dedicación exclusiva establecida por convenio implica una demanda de 50 horas semanales, una carga que le impediría asumir con responsabilidad su rol en el Congreso, y viceversa.
Desde el gremio docente explicaron a LPO que la dedicación exclusiva, por otro lado, es un privilegio al que solo llegan profesores con larga trayectoria académica y se computan en ese universo menos del 10 por ciento de los docentes. «Creíamos que tenía una activa simple y la exclusiva en licencia pero no», indicaron.
La legisladora gana, además, alrededor de 4 millones de pesos por su dieta en el Congreso. Sus pares en representación de la izquierda, Vanina Biasi, nodocente en la misma casa de estudios, y la radical Carla Carrizo, profesora en las mismas aulas que Ajmechet, pidieron licencia por su trabajo en la UBA.
Desde el entorno de Carrizo, que está designada como asociada en la cátedra de Teoría Política Contemporánea, aclararon que las clases son los martes y coincide con jornadas intensas por el trabajo en comisiones de la Cámara Baja. «No puede estar en dos lugares al mismo tiempo», graficaron.
El movimiento estudiantil, por su parte, manifestó con flyers el repudio a la diputada del PRO. En un mensaje a sus seguidores de Instagram, la agrupación La Mella recordó que en la última asamblea estudiantil el claustro votó la declaración de «persona no grata» para todo aquel legislador que votara contra las universidades.
Para colmo, Ajmechet había adelantado en La mañana de CNN que apoyaría el veto de Milei pero su justificación fue bastante llamativa: «El populismo universitario no nos trajo a un buen lugar», dijo.
Incluso, cargó contra las universidades del conurbano, al considerar que algunas facultades «desprestigian a las demás». «Hay universidades en el Conurbano que se abrieron sin criterio y son lugares de militancia», argumentó.
Lo curioso es que Ajmechet dicta clases en una carrera dirigida por Elsa Llenderrozas, una dirigenta radical que no solamente fue candidata a legisladora por la UCR en listas de Juntos por el Cambio sino que acompañó hasta la semana pasada como postulante a vicepresidenta del partido a nivel bonaerense a Miguel Fernández, el ex intendente de Trenque Lauquen que se impuso contra Pablo Dominichini, apoyado por Martín Lousteau y Facundo Manes.
La controversia también impactó en otros legisladores que dan clases en universidades públicas, como el radical Martín Arjol, que integra el grupo de los cinco miembros de la UCR que se fotografiaron con Javier Milei y forman parte del tercio que blindó los vetos presidenciales contra jubilados y universidades. A través de una carta enviada la consejo directivo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Misiones, los estudiantes pidieron su expulsión.