Una exbailarina que fue una de las primeras denunciantes de Sean “Diddy” Combs expuso en las últimas horas a más famosos que participaron de las fiestas salvajes que el rapero organizba a principios de los 2000. Entre la lista de los que mencionó se encuentra el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump.
Se trata de Adria Sheri English, que denunció al productor musical por obligarla a tener relaciones durante las fiestas Freak Offs que el músico hacía, más allá de las celebraciones formales que mostraba ante el público de Hollywood.
La mujer, de 46 años, sostuvo ante el medio británico Daily Mail que la primera vez que la llevaron a una de estos eventos fue en 2004. Según comentó, la relación con ella duró cinco años, durante los que fue varias veces a la mansión del rapero en Los Hamptons, Nueva York, y a la propiedad que tiene en Miami.
Además de mencionar a Donald Trump, English aseguró que en aquellas fiestas salvajes estuvieron Ja Rule, Busta Rhymes, el reverendo Al Sharpton y Paris Hilton. La exbailarina admitió haber tenido sexo con algunas figuras famosas, pero no quiso decir con quiénes.
Así eran las fiestas salvajes de Diddy
La semana pasada trascendió cuánto dinero costaban las celebraciones que quedaron en el ojo de la tormenta luego de la detención del rapero acusado de tráfico sexual de personas y abuso. El sitio The Hollywood Reporter publicó un informe sobre la manera en la que la sociedad de principios de 2000 tomaba esas fiestas. En el artículo se deslizó un dato contundente sobre el valor de aquellos eventos descontrolados.
De acuerdo a lo que se publicó en un viejo número de la revista Ebony, dato tomado por el sitio especializado en Hollywood, Jessica Rosenbloom, la productora principal de las Fiestas Blancas -así se las llamaba-, calculó a mediados de los 2000 que cada una, hasta ese momento, habían salido un millón de dólares.
Además, varios sitios especializados en Hollywood como US Weekly y Page Six indagaron en cómo se diseñaban estas fiestas que, en la mayoría de los casos, eran anuales y muy reconocidas: los participantes, como un código secreto, debían ir vestidos de blanco siempre. Mientras que muchos de ellos solo estaban en la celebración “oficial”, había una oculta en la que, presuntamente, ocurrían las aberraciones por las que se lo acusa al músico.
Muchos creen que varias de estas fiestas que organizaba anualmente en su mansión de Los Hamptons eran una fachada para dar una “buena imagen” dentro del mundo del espectáculo. Eso le permitía obtener poder y más fama, que, a su vez, le generaba impunidad para cometer otros delitos.
Además, los investigadores suponen que, al mismo tiempo, estas celebraciones eran parte del sistema que Diddy montó para cometer los crímenes sexuales. El productor quedó detenido acusado de haber usado su “poder y prestigio” para “tráfico sexual, trabajo forzado, transporte interestatal con fines de prostitución, delitos de drogas, secuestro, incendio provocado, soborno y obstrucción de la justicia”.
Las aberraciones que, aseguran, cometía, quedaron registradas en múltiples videos prohibidos que las fuerzas policiales descubrieron cuando allanaron, a principios de año, su lujosa casa en Miami. El caso es similar al de Jeffrey Epstein, el magnate que se quitó la vida en la cárcel cuando estaba a punto de enfrentar un juicio por tráfico y abuso sexual.
En la acusación se describe que Diddy obligaba a las mujeres y hombres a cometer, mientras estaban drogados, actos sexuales conocidos como Freak Offs, que quedaban registrados en videos. Las torturas duraban días y las víctimas recibían medicación intravenosa para recuperarse. Los investigadores sostuvieron que el rapero grababa los actos sexuales para, luego, mostrarles a las personas que eran víctimas de los abusos y chantajearlos con hacer circular ese material con el objetivo de que no hablaran.
En los allanamientos, la policía encontró drogas, cientos de videos, miles de botellas de aceite y lubricante para bebés, además de armas de fuego y municiones. Diddy enfrenta varias penas que van desde los 15 años hasta la cadena perpetua.