Esta sala fue construida a partir de materiales reciclados, y es fruto del trabajo del cuerpo docente y directivo de la institución como un regalo para la comunidad educativa en este mes de celebración para todos los jardines.
Lida Martinetti, directora de la institución, explicó que esta sala representa «un nuevo espacio alfabetizador para nuestros niños, para brindarles calidad educativa apuntando a la inclusión». «Veíamos que los niños tienen dificultad en el lenguaje, y también concurren niños con autismo, por eso surgió la idea de crear este espacio de calma”, expresó.
Cabe destacar que para la construcción de la sala multisensorial también se contó con el apoyo de padres y profesionales de la vecina Escuela Especial Nº 5, y atenderá las necesidades de los niños y niñas que asisten a este establecimiento y que requieran de estimulación temprana.
La directora de Educación Especial de la cartera educativa, Ana Candia, destacó el trabajo articulado entre ambas instituciones, así como también el rol supervisivo, en esta oportunidad en la figura de la supervisora Nora Cáceres, ideóloga de la iniciativa, «para generar políticas, culturas y prácticas inclusivas dentro de la escuela», y el compromiso de las maestras del Jardín Nº 58 «que se pusieron esta meta de poder regalarse una sala con estas características, donde cualquier niño o niña pueda jugar, explorar, investigar, estimularse, relajarse, auto-regularse a través de todos sus sentidos».
«Un trabajo en conjunto para la inclusión, con el compromiso de todos, es lo que realmente puede generar aprendizajes significativos, una inclusión real y atender a la diversidad», concluyó.