Recientemente, el mundo fue testigo de un evento inesperado: un iPhone 14 Pro Max sobrevivió a una caída de 5.000 metros desde un avión. A pesar de que este incidente parecía desafiar las leyes de la física, hay explicaciones científicas que esclarecen por qué este dispositivo no se rompió, mientras que muchos teléfonos se destrozan al caer desde alturas mucho menores, como una mesa.
Todo comenzó a principios de este año cuando un Boeing 737 de Alaska Airlines perdió una parte del fuselaje en pleno vuelo. Entre los objetos que se desprendieron estaba un iPhone, que fue encontrado en perfectas condiciones tras caer desde una altura de aproximadamente 5.000 metros.
Esta resistencia suscitó múltiples preguntas y llevó a varios expertos a investigar los factores detrás de este fenómeno, incluyendo a un excientífico de la NASA.
La resistencia de los celulares puesta a prueba
En The Wall Street Journal hicieron un experimento para entender mejor cómo y por qué algunos teléfonos pueden resistir caídas extremas. Para ello, utilizó drones para soltar un iPhone 14 y un Samsung Galaxy S23 desde alturas de aproximadamente 1, 10 y 91 metros, sobre superficies de césped y asfalto.
Para garantizar la autenticidad de las pruebas, Stern adquirió los teléfonos de una empresa de dispositivos reacondicionados, asegurándose de que no tuvieran reemplazos de pantalla o batería y que utilizaran el vidrio de alta gama fabricado por Corning, conocido por su durabilidad.
El primer descubrimiento importante del experimento fue que la altura desde la que se dejaban caer los teléfonos no era tan determinante como la superficie contra la que impactaban. Tanto el iPhone como el Galaxy S23 sobrevivieron a las caídas sobre césped desde 1 y 10 metros sin daños significativos, solo con algunas manchas de hierba y suciedad en los puertos de carga. Sin embargo, los resultados cambiaron drásticamente cuando se probaron sobre asfalto.
Desde una altura de 91 metros, el iPhone sufrió la ruptura del vidrio trasero y el Galaxy S23 presentó grietas en su pantalla OLED. Con fundas protectoras robustas, como las OtterBox Defender, ambos teléfonos resistieron mejor, aunque no quedaron ilesos.
La ciencia detrás de la resistencia
Para comprender mejor por qué estos teléfonos resistieron caídas desde alturas considerables, desde el medio de comunicación consultaron a Mark Rober, exingeniero mecánico de la NASA y actual youtuber, y a Rhett Allain, profesor asociado de física en la Universidad del Sureste de Luisiana. Ambos expertos coincidieron en que la clave está en la física, específicamente en los conceptos de velocidad terminal y desaceleración.
Rober explicó que la velocidad terminal es la velocidad máxima que un objeto alcanza cuando la fuerza de la gravedad se equilibra con la resistencia del aire. Para un celular, esta velocidad es de aproximadamente 60 millas por hora (unos 97 kilómetros por hora). Esto significa que, a partir de cierta altura, la velocidad de caída del teléfono no aumenta, ya que la resistencia del aire impide que acelere más.
Por lo tanto, no importa si un teléfono cae desde 90 metros o desde el espacio, la velocidad al impactar será la misma. Este fenómeno explica en parte por qué el iPhone 14 Pro Max sobrevivió a la caída desde el avión. Sin embargo, la superficie de impacto también juega un papel crucial.
Rober y Allain aseguran que el césped actúa como un amortiguador, disminuyendo la desaceleración de manera más gradual en comparación con superficies duras como el asfalto, que provocan una desaceleración abrupta y, por lo tanto, mayores daños.
Las pruebas también demostraron la importancia de las fundas protectoras. En los experimentos, los teléfonos sin funda sufrían daños considerables al caer sobre asfalto desde 10 metros, mientras que aquellos con fundas robustas, como la OtterBox Defender, mostraron una mayor resistencia.
Doug Kempel, vicepresidente de ingeniería de OtterBox, explicó que sus fundas están diseñadas con varios componentes de plástico y goma que absorben el impacto antes de que llegue al teléfono.
Volviendo al incidente del iPhone que cayó del avión, el dueño del teléfono, Cuong Tran, afirmó que aún lo está utilizando, gracias a que el dispositivo cayó en un arbusto y eso le permitió soportar la gran caída.