La Marcha Universitaria Federal eclipsó la agenda informativa y política. El reclamo por la falta de recursos para las 36 universidades nacionales puso el grito en el cielo y sacudió al Gobierno de Javier Milei. Fue una movilización masiva, de cerca de 800.000 personas -según cálculos de la Universidad de Buenos Aires- que logró transversalidad y unió múltiples sectores del sistema universitario, el sindicalismo, la sociedad civil y la oposición política detrás de una consigna difícil de impugnar: “En defensa de la universidad pública”.
La etiología del reclamo la originó la decisión del Poder Ejecutivo de prorrogar el Presupuesto del 2023. Con una inflación que orbita el 270% interanual, y que acumula cerca de 60% en el primer cuatrimestre de 2024, los fondos para las universidades públicas se licuaron. Las autoridades de las casas de estudio más prestigiosas del país iniciaron una disputa contra Balcarce 50 para exigir una actualización de las partidas. No obstante, Milei adoptó una postura confrontativa y evitó ceder. Esa actitud dio espacio para germinar la multitudinaria marcha que esta tarde colapsó la Plaza de Mayo.
Desde antes del mediodía, los primeros alumnos, docentes y personas autoconvocadas se empezaron a concentrar en Plaza Houssay. Es el corazón de un barrio universitario, donde coexisten las facultades de Medicina, Economía y Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la casa de estudio que motoriza el reclamo por la falta de presupuesto para las 36 universidades nacionales. En esa zona confluyen la mayoría del mundo UBA, desde donde empezaron a caminar al Congreso. La Marcha Universitaria Federal, como se bautizó este reclamo, desplegó la movilización más convocante con reclamos al gobierno de Javier Milei.
La columna central que partió desde Plaza Houssay avanzó desde las 15 en sentido hacia el Congreso. Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires, Emiliano Yacobitti, vicerrector, Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), y Lucille Levy, presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), encabezaban ese sector de la movilización. “Es la marcha estudiantil más importante de la historia”, destacó Yacobitti en declaraciones a la prensa.
Minutos antes de las 18, comenzó el acto central desde la Plaza de Mayo. Primero sonaron las estrofas del Himno Nacional. Luego comenzó una ronda de oradores. Quien rompió el silencio fue Taty Almeida, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Estamos para repudiar la decisión del Presidente Milei de no querer subsidiar a las universidades públicas y a los colegios públicos”, expresó la referente de los movimientos de Derechos Humanos. “El Presidente criticó que es un marcha política y claro que lo es, pero no es partidista”, aclaró Almeida.
Luego fue el turno de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, quien deseó “muchas fuerzas” a los universitarios que marcharon. “Defendemos la universidad pública, libre y gratuita, que es una gran conquista de nuestro pueblo a la que no vamos a renunciar”, enfatizó el dirigente social.
Sobre el escenario había rectores de distintas universidades nacionales, trabajadores docentes y no docentes, así como alumnos y referentes de los movimientos estudiantiles. Sobresalió la presencia de Gelpi y Yacobitti, de la UBA, Carlos de Feo, titular de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), Sonia Alesso, titular de CETERA, Sergio Romero, de la UDA, Norberto Heyaca, secretario general de la Asociación Gremial de Docentes de la UTN, Oscar Vallejos, secretario adjunto de la CONADU Histórica, Walter Merkis, titular de la Federación Argentina del Trabajador de Universidades Nacionales. También estuvieron Piera Fernández y Lucille Levy.
Luego de los discursos de los referentes de los sindicatos de la educación superior, llegó el turno de leer el comunicado final de la marcha. Se trató de un documento extenso con un fuerte mensaje contra el Gobierno nacional: “La universidad pública atraviesa un período crítico como consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno nacional”, se tituló el texto consensuado por las autoridades, referentes y rectores del sistema universitario.
Dentro de los puntos más resonantes, el comunicado expresó que las universidades públicas “son uno de los motores de la democracia” y cuestionó el “fuerte ajuste en términos reales” en los denominados gastos de funcionamiento”. A continuación, catalogó como “absolutamente insuficientes” el reciente anuncio del Gobierno sobre el aumento del 70% en marzo y mayo del presupuesto universitario.
“Exigimos paritarias libres, sin techos, para garantizar salarios acordes, y que se restituya inmediatamente el FONID”, pidieron los organizadores de la marcha. Además, rechazaron la “política de ajuste y disciplinamiento”. En tanto, señalaron: “No queremos que nos arrebaten nuestros sueños: nuestro futuro no les pertenece. Un país que no invierte en ciencia, renuncia a su soberanía”.
El comunicado completo de la Marcha Universitaria Federal
Una marcha, un reclamo, múltiples personas
La marcha había empezado poco después de las 15. Cerca de las 15:30, las diferentes columnas se congregaron en la plaza del Congreso. Allí había sido el punto de concentración de grupos piqueteros como el Polo Obrero, encabezados por Eduardo Belliboni, y la UTEP, dirigentes y militantes de la izquierda. Sobresalió la presencia de Myriam Bregman, diputada nacional, Christian Castillo, diputado nacional del PTS, Gabriel Solano, legislador porteño del FIT.
Sin embargo, los dirigentes políticos presentes buscaron permanecer en terceras filas y no opacar a los organizadores. “La universidad pública es algo estratégico para Argentina y no hay razón para el cierre y para hacer este recorte en las universidades. Recién hoy el Gobierno mandó los primeros fondos para los hospitales universitarios. Un capítulo aparte para los salarios universitarios, que perdieron de diciembre un 36% de poder adquisitivo”, señaló Yacobitti en otro tramo.
Hay pancartas y banderas con múltiples consignas, unidas en un reclamo general: “En defensa de la universidad pública”. Desde Avenida Córdoba y, luego, por Avenida Callao, avanza la columna central de las universidad. El largo brazo de convocados confluirá en el Congreso, desde donde marcharán hacia la Plaza de Mayo. En ese hito histórico de la Ciudad de Buenos Aires se montó el escenario central.
El escenario fue montado a mitad de la plaza, con una bandera de Argentina de fondo con el mismo lema: “En defensa de la universidad pública”. Conforme supo Infobae, desde las 18 comenzará el acto y se espera que sobre el escenario estén únicamente representantes de las universidades nacionales. “No va a haber ningún político arriba”, le dijo a este medio una autoridad de la UBA.
Desde allí, los organizadores leerán un comunicado que consensuaron entre rectores, autoridades universitarias, alumnos, docentes y no docentes. “El eje del texto es exigir más presupuesto para la universidad, porque así no podemos seguir funcionando”, detalló una representante del movimiento estudiantil que participó en la elaboración del documento.
Está previsto que el texto lo lea Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), que nuclea al movimiento estudiantil de la universidad. Sobre el escenario también estará Lucille Levy, presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). También se subirán Ricardo Gelpi, rector de la UBA, y Emiliano Yacobitti, vicerrector.
Para garantizar el orden público, el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich desplegó a las cuatro fuerzas federales. En la zona del Congreso Nacional intervinieron la Policía Federal Argentina, la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval Argentina, y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. El protocolo de seguridad fue coordinado con la Ciudad de Buenos Aires, ejecutado por Waldo Wolff, ministro de Seguridad porteño. El funcionario instruyó a la Policía local para custodiar el trazo de la movilización donde no había presencia de fuerzas federales. Desde las universidades nacionales habían asegurado que “la marcha será pacífica” y pidieron “no reprimir”.
Una marcha que unió a la oposición
Si bien la marcha de hoy movilizó a sectores de distintos partidos políticos y del sindicalismo, los organizadores exigieron no usar cartelería partidaria. Pidieron llevar banderas argentinas para unificar simbólicamente el reclamo.
Durante los días previos, la convocatoria universitaria adquirió un cariz mayor cuando la CGT comunicó su adhesión. Luego se plegaron las dos CTA y otras vertientes del sindicalismo. Lo propio hicieron luego los referentes políticos de la oposición.
Desde la política, el kirchnerismo movilizó tanto a dirigentes de primera línea como a militantes ligados a la militancia universitaria. Axel Kicillof, gobernador bonaerense, se sumó a la marcha junto con parte de su elenco de gabinete. “Esto es parte de la historia de muchos de nosotros, por eso hay que defender la universidad pública”, expresó el mandatario de Buenos Aires en declaraciones televisivas y agregó: “Es impresionante la cantidad de gente que hay, es todo un pueblo”.
Junto a Kicillof estuvieron Verónica Magario, vicegobernadora de la provincia, y funcionarios bonaerenses como Carlos Bianco, jefe de Gabinete, y Andrés Cuervo Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad.
Mientras que el Frente Renovador hizo lo propio. Sergio Massa, líder de esa fuerza, pidió a través de grupos de WhatsApp de su sello que hoy se movilicen y se trasladó personalmente a la Plaza de Mayo junto su hijo, Tomás Massa, y su esposa, la dirigente Malena Galmarini. “Vine a acompañar a mis hijos y a sus compañeros”, soltó el ex ministro de Economía ante la consulta de un cronista de A24. El dirigente optó por mantener un perfil bajo y no dio más declaraciones. Su presencia sobresalió como una reaparición pública en un evento masivo, tras las elecciones de 2023.
Quien también siguió de cerca la marcha fue Cristina Fernández de Kirchner, ex presidenta de la Nación. Si bien no participó en la marcha, publicó en su cuenta de X su certificado de alumna de la Universidad Nacional de la Plata y el de Néstor Kirchner, ex presidente. “Educación pública para la igualdad de oportunidades”, escribió CFK y rememoró hitos de su gestión en materia educativa. Más tarde, salió a saludar desde un balcón del Instituto Patria a militantes que movilizaban a Plaza de Mayo.
Por parte de Unión por la Patria también movilizaron dirigentes como Wado De Pedro, Leandro Santoro, Mariano Recalde, Paula Penacca. Hubo intendentes del conurbano, entre quienes se vio a Fernando Gray, de Esteban Echeverría, Fernando Espinoza, de La Matanza, Fernando Moreira, de San Martín, Jorge Ferraresi, de Avellaneda.
Mientras que la Unión Cívica Radical movilizó a diputados y senadores nacionales, dirigentes, militantes y alumnos correligionarios ligados a agrupaciones universitarias como la Franja Morada. “La universidad y la educación pública es lo que nos hizo como sociedad. Como una sociedad de clase media, con ascenso social, lo que nos diferenció del resto de otros países a los que les costó mucho llegar al nivel universitario que tiene hoy Argentina. Y eso hoy está en riesgo porque el Presidente ataca la universidad”, sostuvo Martín Lousteau, senador nacional del radicalismo y presidente del Comité nacional de la UCR.
Por parte de ese partido también se movilizaron el referente y diputado nacional Facundo Manes, los legisladores Carla Carrizo, Pablo Juliano, Danya Tavela y el secretario parlamentario Alejandro Cacace. “Hoy no nos podíamos quedar encerrados en el Congreso. Soy el primer egresado de la universidad pública en mi familia, no podía no estar en la marcha defendiendo la educación de todos”, sostuvo el neurólogo ante la prensa.
Por parte de la Coalición Cívica, partido de Elisa Carrió, se movilizó un grupo de dirigentes como los diputados nacionales Maximiliano Ferraro, presidente del sello, Juan Manuel López y Maricel Etchecoin, así como Hernán Reyes, legislador porteño.
El sindicalismo también marcó fuerte presencia. Por parte de la CGT participaron Héctor Daer (Sanidad), Pablo Moyano (Camioneros), Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA). Mientras que también hubo referentes de las dos CTA, como Hugo Yasky, y de la CTA Autónoma, Hugo Cachorro Godoy, su secretario general. El brazo sindical resultó significativo, dado que fue la primera vez desde el Cordobazo que el movimiento estudiantil no compartía una marcha con los líderes sindicales.
Los reclamos por la falta de presupuesto
La crisis del sistema universitaria se desató por el reclamo que encabezó la UBA por la falta de presupuesto que afecta el funcionamiento de la casa de estudios más grande del país y el resto de las universidades nacionales.
El conflicto se desató por la decisión de prorrogar el Presupuesto de 2023, que quedó licuado por la alta inflación. El Gobierno anunció el jueves una “propuesta consensuada con el Consejo Interuniversitario Nacional” respecto a la situación presupuestaria de las universidades públicas. La decisión del ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, que tiene bajo su órbita a la Secretaría de Educación de Carlos Torrondell, dispuso un aumento del 70% en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales.
En tanto que anunció otro 70% en mayo, alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140% de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales. Además, la medida asignó una partida extraordinaria para necesidades de los hospitales universitarios por una suma de $14.403.479.661. Desde la UBA salieron a desmentir el acuerdo y señalaron que la medida era “insuficiente”.