Cuando los primeros meses de la gestión de Leandro Zdero parecían ir sobre rieles, las denuncias empezaron a escasear y el gabinete se quedó sin ideas para un inicio de año duro por falta de fondos e ingenio. Quizás, la falta de experiencia se convierta en un factor clave, y las medidas que se deberían tomar empujan del fondo de una olla que no se quiere rascar.
Con la llegada de marzo, las discusiones salariales y las definiciones de fondo en cuanto a los puestos de trabajo en el Estado aprietan a un grupo de trabajo que parece un enjambre de abejas que no sabe para dónde disparar, que luego del mensaje del gobernador en la Apertura de Sesiones de la Cámara de Diputados intentó salir a comerse la cancha, pero las hormigas del pasto hasta ahora se hacen un festín.
Confundiendo el camino, los funcionarios del gabinete están encumbrados en presentar propuestas legislativas, pero dejan pasar días claves para el diálogo con gremios que permitiría convivir en paz para lograr una gestión armoniosa. Y, como sí esto fuera poco, la represión a movimientos sociales en la rotonda de la ruta 11 y 16 no cayó bien en la ciudadanía, ya que no habrían estado interrumpiendo el tránsito, como para accionar de esa manera.
Volviendo a la «gestión», la actitud del gabinete hacia los gremios, evitando el diálogo y desestimando la representación, dilata una necesaria discusión y tratativa en cuanto a puntos claves que se reclaman hace tiempo. El primer acercamiento con gremios docentes casi que paso sin penas ni gloria, que sin porcentaje de propuesta base, parece haber encendido un conflicto que va para largo.
Y no es para menos, el número que siempre se propone como base a los docentes, sin contar la presencia de la cláusula gatillo, sirve como base para la definición del resto de los sectores, que hoy están a la deriva por culpa de un Gobierno que no propone ni abre un diálogo necesario.
A todo este paquete de malas decisiones, hay que sumarle el abandono hacia los edificios públicos, que hoy estarían provocando severos problemas para llevar adelante de manera correcta las funciones laborales de los agentes públicos. Esto se vio en todo su esplendor durante la conferencia de prensa a la que asistieron representantes de Unicef Argentina en el Salón Obligado de Casa de Gobierno, donde ese «abandono» le jugó una mala pasada a la gestión, y en plena actividad, un cableado del principal salón de actos del edificio de Marcelo T. de Alvear al 150 copó el protagonismo para hacerse ver y generar risas en los presentes.
Claro está, que con el lema de «no hay plata» como bandera, todo se intenta esconder debajo de la alfombra, pero el termómetro en la sociedad ya no sería el mismo hacia el gabinete y se le empiezan a exigir resultados que están lejos de aparecer. Sin denuncias que poner sobre la mesa como respuesta de las auditorías, los «elegidos» del «Zorro» empiezan a hacer agua por todos lados y las supuestas medidas claves para manejar la provincia no salen de cajones que empiezan a pintar telas de araña.
novachaco
